-Luego de mucho esfuerzo, logró meter mediante juegos mentales a Alastor en una Jaula, y con un invento dejarlo paralizado tiempo suficiente para vestirlo como el reno Rodolfo lo mejor que pudo. Pero al menos ya cumpliría con la misión asignada, es por ello que le llevó la jaula con el demonio Radio a Lucifer- ¡Lo prometido es deuda! Aqui está su demonio reno como pidió, majestad. Si ve que no se pone obediente, solo apriete éste botón y hará que Alastor quede por unos segundos en un estado catatónico, luego despertará mareado pero bien manso. -le entrega el dispositivo y espera no lo mate-
— Caminaba en ése momento por los pasillos y al escuchar ése alboroto dudo en correr y dirigirse a dónde provenían dicho escándalo. Abrió sus ojos grandes al llegar y ver la escena. —
Señor Alastor...S-Sir Pentious...¿Q-Que está haciendo usted?
Mi apreciada serviente ¡felicitaciones! Esto es lo que quería e incluso más.... ¿Lo que tiene en el cuerno es una campana con muérdago? Superaste mis espectativas ahora solo le pondré el bozal esperando que se deje y no tenga qué arrancarle la boca
Si sigues así te lastimarás los dientes, los barrotes están forjados con metal de las lanzas que los ángeles dejan atrás. No sabes lo que me constó conseguirlas y fundirlas -literal fue muy costoso y trabajoso, pero lo valió con tal de no morir- Perdoname, Al. Si fuera por mí solo te asustaría pero no podía dejar huérfano a mi hijo, además que no sé si a él le pasaría algo. No lo tomes personal ¿si?
-Quería llevarse a su ciervo pero al escuchar lo que le explica su amigo se da cuenta que saldría lastimado él o ángel. Mira con tristeza a su amigo, sus ojos brillan queriendo llorar pero se contiene.- Me duele que lo lastimen aunque se lo haya buscado...
Perdoneme, pero si dejo que usted se lleve a Alastor o que él escape, Lucifer me arrojará a Cerbero ¿Y quién sabe lo que le hará a mi hijo o a los que amo? -triste- Lo lamento pero como dije son cosas entre él y Lucifer. No seré partidario de nadie.
Sir Pentious, sé que sigue órdenes pero usted lo va a hacer Lucifer con él. ¡No puedo quedarme con los brazos cruzados y dejar que lo humillen, lo torturen y abusen de él de nuevo!. -Mira desesperada a su amigo inventor, siente de lo que pueda ocurrirle al demonio rojo.-
Señorita Sitaara, le pido cortezmente que no se entrometa y mucho menos lo tome personal. Estos son asuntos entre Lucifer y Alastor. Yo no estoy de parte de nadie, solo cumplo órdenes.
¡¿Aly, estás bien?!. -Toma las barandas de la jaula para mirar en su interior al cautivo ciervo dentro, riculizado con esos accesorios.- ¡Exijo que lo liberen!. ¡No permitiré que lo lastimen!.-Mira al inventor que le entregó el dispositivo a Lucifer.-
