- le reprocha con voz suave pero segura, haciéndose la digna, aunque le gustaba el trato que estaba recibiendo, también le ponía muy nerviosa, más al verla acercarse a tocar las orejas de gato, que eran un simple accesorio pero bastantes suaves al tacto -
— Tal vez, después de todo has sido tú la que se acercó a mí. Fue tu aroma y tu encanto natural el que me hace seguirte.
Por supuesto, le gustaba provocarle mil y un sensaciones al mismo tiempo. Tomó asiento a su lado y la observó fijamente sin dejarse intimidar ante su mirada, de hecho; le pareció tierno que buscase retarla por lo que sonrió dejando ver aquel par de perfectos colmillos afilados. Su mano la guió hasta una de las orejas de gato pues se veían bastante reales.
— ¿Me estás condicionando? — Con curiosidad alzó una ceja y, aunque su primer intención era escuchar su respuesta ella siguió su juego. — Anda, hazme que te lo pida.
- sus nervios estaban lejos de bajar con esa mujer hablándole tan cerca y de esa manera, se sentía en cierto modo importante, pero a la vez le intimidaba, no estaba segura de cómo reaccionar y nisiquiera sabía que responder. Al tener a la mujer tan cerca nuevamente, tenía el deseo de alejarse pero su cuerpo no reaccionaba, algo en esa mujer la hechizaba y ya no era del todo dueña de sus reacciones -
Ahora me culparas por tus acciones?
- respondió en voz baja, tomando algo de iniciativa para retarla, tenía que mostrar al menos que era tan débil como parecía -
Le dejó hacer pues sus intenciones no eran propasarse con ella, solamente era testigo de las reacciones que causa en la joven. Una de las cintas la soltó para entrar en contacto con su mejilla, estaba lejos de dejar de seducirla.
— Sil, Sil, Sil ~
Mencionó en una tonada muy peculiar pues casi estaba cantando su nombre. Es un hecho bastante peculiar que no se hubiese abalanzado sobre su frágil cuerpo y, que más que simples coqueteos se lo estuviera tomando en serio.
— Poner la marcar de mis labios en ti, eso planeaba hacer y ¿sabes? Es ridículo que entregue cuentas de lo que planeo hacer.
Para ese entonces había respetado la distancia que marcó entre ambas hasta que dio fin a ello volviéndose a acercar demasiado ahora hasta su oído y susurrar.
— De desear hacer otra cosa lo hubiera hecho pero tal vez seas tú y tu aroma a vainilla la que me invita buscar estar más tiempo a tu lado ~
- su cuerpo experimentó una oleada de sensaciones nuevas, nunca antes había reaccionado así con alguien más, aunque también era la primera vez que estaba en una situación así. Contuvo la respiración apenas unos instantes mientras estaban tan cerca y apenas podía sentirse el latido desbocado de su corazón mientras un montón de mariposas revoloteaban en su estómago. Todas sensaciones que la ponían nerviosa pero a la vez le encantaban. Apenas sintió el beso en su cuello un pequeño suspiro involuntario escapó de sus labios, pero los nervios la hicieron retroceder un poco, colocando incluso su mano en el pecho de su acompañante para recuperar algo de espacio -
La mujer estaba confiada en que se encontraban en la casa de Silvia pues su aroma la había conducido hasta ese punto.
Esas palabras le hicieron sonreír, su presa iba cediendo y ella también junto con ese dulce encanto. Ambas manos sujetaron cada extremo del listón atado a su cuello y con suavidad tiraron de este hacia ella dejándolas a escasos milímetros de sus labios.
— A estas alturas no sé, pasan cientos de ideas en mi mente y no sé cual te pueda gustar más…
Susurró. Sus labios fueron hasta su cuello donde dejaron la marca carmín de su labial en la parte de su cinta y su piel para palpar de mejor manera la sangre que bombeaba su vena.
- no sabía a qué horas habían llegado a estar cerca de una cama, pero no desperdició la oportunidad de sentarse en ella y observar a la mujer detenidamente, no entendía porque causaba todas esas sensaciones en ella pero tampoco quería cuestionarselo en ese momento.-
Tal vez deberías averiguarlo
- dijo en un pequeño arrebato de valentía que luego ocultó en una risita nerviosa -
— ¿Te pondré tonta y apenas te conozco? No sé si a eso podré llamar buena suerte pero quiero verlo.
Pasar por alto sus peculiares temblores le resultó más que imposible por lo que con lentitud soltó su cabello no sin antes volver a percibir su aroma a vainilla. Extendió sus manos hacia ella en espera de que las tomara para llevarla hacia su cama, ahí estaría más segura.
— Dime, ¿qué se necesita para ponerte así? Aparte de llamarte preciosa, claro está. ~
- quería huir pero también estaba disfrutando de sus atenciones, a pesar de estar casi tan temblorosa como una gelatina, todos esos halagos solo subían su ego y autoestima, además de claro, hacer que se interesara más en ella. Le dejó oler su cabello, por suerte estaba recién lavado con shampoo de vainilla (?) Así que resaltaba su aroma natural como Omega -
Sus dedos se enredaron en los finos hilos azulados de su cabello, jugando hasta finalmente llevarlo hasta su nariz donde pudo percibir su aroma. Entrecerró la mirada pues estaba descubriendo que el ponerla nerviosa era algo que le empezaba a gustar.
