-Siegfried tenía una facilidad innata para fastidiar, o al menos eso creía la serafina que torció la boca por la observación que hiciera este. Sin embargo, Xian solo sacó su espada y tras dirigir el filo, amenazante contra Sieg, lanzó al frente el filo de la misma para hundirla en el hombro ajeno y atravezar su carne hasta el suelo.

—Soy Xian—Y desplegó las alas negras, revelando ser un serafín negro. Los clanes de serafinea negros fueron exterminados uno a uno por un serafín en particular, sin embargo, razas dedicadas a la rapiña, robaron Reliquias y objetos importantes de su raza y esa roca, la quería con urgencia.-

—Y ahora sabes qué es lo que busco.—

Poco le importó ver a la bestia doblarse por la técnica usada por su compañero. La carne se rasgaba por la espada y el dolor de ser doblado de manera antinatural, hacían gritar finalmente a la bestia que final gritó entre súplicas que hablaría.-