Ya habían pasado algunos días y Ei había confiado el Shogunato a Kujou Sara y a Yae Miko quienes aceptaron la voluntad de la reencarnación del rayo más que una orden fue por lealtad a su amistad pues sabían que ese viaje reforzaría los vínculos de Ei hacia sus habitantes y otras criaturas qué pudiera conocer en su travesía. Llegando así el día y la hora acordada para emprender el viaje con aquel joven desconocido.

ー Se a hecho mi voluntad y como lo prometí estoy aquí ー El arconte electro tenía una lanza qué emanaba la terrible energía qué despedía su portadora como si advirtiera a los enemigos el destino cruel qué les esperaba al posar sus miradas hostiles en ellos dos ー No temas...es hora de irnos

La lógica volvió a imperar, él asintió con suavidad ante su apuesta y proposición, la Shogun no vaciló en su decisión, él tampoco se mostró dubitativo con aquel escenario planteados por ambos, mismo que amenazó con concretarse pasado el tiempo requerido por ella para preparar la vasta nación de Inazuma para su ida; se recordó preguntarle qué clase de medidas tomó para ello.

—Claro, te esperaré ahí —respondió con cierta naturalidad en espera de su ida.

Su intención fue la de privarse de su presencia antes de abandonar el paisaje en el que ambos coincidieron, imaginó tener el suficiente tiempo para divagar y realizar algún que otro preparativo para esta supuesta aventura. ¿Cuánto se acompañarían?, ¿cuánto podría durar esa alianza?, ¿llegará pronto el momento en el que la naturaleza de ambos se entrecrucen en conflicto?

«Creo que aún no soy consciente de lo que acaba de pasar»; eso pensó al momento de despedirse de ella.

ーAsintió y respondió musitándo ー Lo supe desde el primero momento qué pude sentir tu presencia ー Ei pensó que después de todo vivir entre los mortales o bajo sus reglas sería como experimentar comiendo distintos dulces, algunos con sabores muy agradables, otros no tantos, sabores extraños y otros exóticos. Tener a un compañero cuya personalidad prácticamente era desconocida para ella sería un buen inicio, una prueba para ellaーMm...un sabor desconocido ー Susurró y luego se despidió de él ーIré a poner en orden unas cuantas cosas en el Shogunato antes de partir, te veré más tarde a las afueras de Inazuma, no tendré problemas en seguir una presencia tan peculiar y única

[...]—Si puedes soportar eso, entonces será un honor acompañarte —explicó y tras cerrar los ojos acabó por desviar su mirada hacia el horizonte, una última vez—. Solo no olvides que no soy humano.

—¿Eh? —estupefacto reaccionó a esa decisión tan abrupta.

Jamás imaginó que ella fuese tan influenciable o que tomara tal decisión sin cautela alguna, solo después de algunos segundos logró suponer que previó dicha posibilidad y que existía alguna suerte de protocolo para que Inazuma fuese gobernada desde las sombras o la influencia de las casas nobles, aquellas que logró conocer no muy lejano al comienzo de su viaje por el archipiélago.

Claro que, dicha invitación tan tímida lo sorprendió más, abrió sus ojos un poco más de lo normal, expresión más que justificada con la sola presencia de ese semblante tan jovial, su propuesta le pareció casi descabellada, mas tal ridícula, le robó una sonrisa aparentemente ladina, pero no por su malicia, sino por parecerle increíblemente divertida.

—No soy un compañero convencional, muchos no pueden aguantar mis manías y carácter —tras decir esto ladeó un poco su rostro, sus labios los curvó de manera amigable [...]

No esperó mucho tiempo antes de dar una respuesta ー Está decidido...dejaré a Inazuma por un tiempo, como lo hizo Barbados y Morax, ahora lo hago yo ー inclinó su cabeza suavemente como gratitud y agradeció por su consejo ー Gracias...Jin, fue un placer hablar contigo ー había hecho mención de las últimas letras de su nombre para simplemente hacerlo más corto, además la Shogun pensó que el nombre "Jin" le quedaba mejor por su simplicidad ー Desde este momento comenzará el experimento, no regresaré a mi querida nación pero... ー su mirada un tanto evasiva y temerosa lo dijo todo, como era posible que Ei tuviera miedo de ir sola, de enfrentarse al mundo fuera de su dominio ー Mm... ー rascó su mejilla con su dedo índice mientras encontraba las palabras adecuadas ー Jin ¿Te gustaría venir conmigo?

[...] la más aburrida de todas; tuvo la obligación amoral de solventar tanta corrección.

— ¡Pero! Si es algo que genera conflicto en tu corazón, entonces actúa bajo las reglas de los mortales y dale una solución al asunto —la sonrisa volvió, su tono de voz incluso se tornó más amistoso, aunque no disruptivo con el entorno creado por ambos—. Haz la prueba: nada de lo que decidas podrá ser perpetuo ni tendrá consecuencias reales si eres inteligente; puedo apostar mis manos a que inteligencia es algo que le sobra a esta arconte.

Sí, era una opinión completamente despreocupada, incorrecta desde todo punto de vista e incluso atrevida, ¿pero no nacieron esas palabras exclusivamente para él? Cualquier persona enajenada por la idolatría habría rogado por su permanencia, eterno e inflexible anclaje en los archipiélagos tormentosos.

Escuchó con respetuoso silencio los pensamientos de la arconte, su mirada se desvió del horizonte para únicamente centrarse en las facciones ajenas y esa intacta humanidad que supo expresar con una naturalidad ajena a todo lo que se ha dicho de ella; el respeto tamizó el pensamiento colectivo de los habitantes de Inazuma.

Tal reflexión anexada, silente, con la ajena, le hizo adoptar un semblante pensativo; ¿qué tan objetivo pudo ser dada su naturaleza libertina? El peso de la duda le hizo llevar la diestra sobre sus labios, específicamente la región más proximal del índice, aquella unida a su mano, eso era suficiente para ocultar su boca.

—Yo no puedo responder eso —apenas alejó su dedo de ahí para musitar—. Conozco el comportamiento humano, pero no al pueblo de Inazuma.

Bajó su extremidad, luego cerró los ojos por unos instantes para emitir un pequeño suspiro, sintió que entró en una contradicción al contestar sin adquirir riesgo alguno; la opción más lógica siempre era [..

gente se unió y demostró no necesitar de su Dios para salir adelante ¿Crees que eso será posible en Inazuma? ー lo que quería decir Ei era sobre renunciar a su cargo como arconte y vivir bajo reglas mortales como lo hacía Morax ahora tras Zhongli ーAmo a Inazuma pero se que existen otros lugares que en verdad requieren mi ayuda, mi poder de guerrera, no de arconte

ー Arruinar? ー el arconte electro negó con la cabeza, un sutil movimiento delicado para luego verle fijamente, una mirada de eterna tranquilidad y serenidad ー No te disculpes, no haz arruinado nada... es posible que tu destino al igual que el mío es estar aquí, cruzar nuestros caminos, conocernos y tratarnos ¿Y porque no? Ver la misma luna ー Ei desvío su mirada hacia el hermoso satélite natural contemplandolo por última vez ー Lo he pensado, ー respondió, entonces elevó su diestra para colocarla sobre su pecho, por un momento parecía nostálgica tal vez preocupada ー No debería hablar de esto, es más ni siquiera a mi mejor confidente se lo he hecho saber...pero llegó hasta mis oídos la muerte de Rex Lapis, fui testigo de como toda una nación se derrumbó cuando su arconte....se fue, la llegada de Osial planteaba el peor de los escenarios, la destrucción total de Liyue pero su...