No opuso resistencia cuando Lyanna con todo su entusiasmo la tomo de la mano para guiarla. Las miradas no se hicieron esperar pero bastó una mirada fulminante de la consejera para que ellos simplemente mirarán hacia otro lado fingiendo no haber visto nada. — Hey...más despacio — volvió a reír un poco, sin haberse dado cuenta su cola al igual que la de Lyanna se movía de un lado a otro pero con menor intensidad. — Bien...pero el jardín es un lugar aburrido, conozco uno mejor. — Con su dedo índice cubrió sus propios labios pidiéndole así con ese gesto que guardara el secreto. — Ven aquí...— soltó su mano y comenzó a caminar, se dirigió a una gran pared de enredaderas y se detuvo enfrente. — ¡Bien!
Su cola se movía de lado a lado, esperando que Shionne tomara la rana, sin darse cuenta que en efecto, ya no estaba tan buena por haber pasado media tarde en el calor de su bolso. La miró algo decepcionada, y la movió suavemente. —Lo siento...— sus orejas se bajaron casi por completo, aunque de inmediato volvieron a alzarse, al escuchar su propuesta. —¡Pero esa es una gran idea! Puedo buscar una rana fresca para ti.— La tomó de la mano, y la haló un poco para hacerla caminar. —Vamos, vamos.
Quizás la función de Lyanna en el consejo podía no ser precisamente enfocada en las decisiones, si no más bien a ayudar a investigar los hechos, ayudar a determinar que camino deben tomar. Shionne miró curiosa a la pequeña rana y ladeó un poco su cabeza dejando escapar una risa suave. — Esa rana ha perdido frescura...— Carraspeo un poco. — ¿Quieres que vayamos al jardín?. Quisiera caminar un poco...la luna está hermosa esta noche.
—¡Claro! Siempre me levanta el ánimo a mi.— De su bolso sacó una rana muerta, sujetándola por una pata la levantó a la altura de su cabeza. —Mi parte favorita son las patitas.— Se notaba bastante alegre, la mayoría de las personas de la mansión no tomaba sus actividades en serio, a pesar de ser la mejor cazadora del lugar, la veían como una simple niña. —¿Crees que en unos cuantos meses podré comenzar a enseñarle a cazar a la bebé?— Preguntó con la ilusión de alguien que desea sentirse útil.
Podía insistir en qué Lyanna aún no estaba lista para formar parte del consejo, pero como familiar, siempre trataba de brindar apoyo y ánimos, tenía algo natural para lograr que cualquiera sonriera en su presencia y aunque la sonrisa de Shionne en ese momento fue melancólica al menos lograba brindarle algo de paz. — ¿Una rana me levantará el ánimo? — levantó una ceja. — ¿Me dirá secretos de rana?
