-Cuando sintió el peso que el contrario suponía sobre su hombro, sonrió muy brevemente. Deslizó su cabeza hacia un lado, colocando así ésta contra la del albino. Estar de aquel modo era extraño, llamaban la atención, no obstante, era cómodo... y cálido.- Hm... Ojalá el tren se retrase un poco. -Habló para si mismo, creyendo que el chico yacía ya dormido.
Oh ya veo .... -En verdad estaba demasiado somnoliento para negarse, asi que sin decir más volvió a apoyar su cabeza en el hombro de su contrario y cerro los parpados.-
-Negó con la cabeza, aún algo sonrojado. El contrario no parecía ser diferente a un niño de ese modo.- N-No... Nuestra parada es la siguiente. -Aclaró.- Puedes seguir durmiendo si quieres...
-Lentamente comenzó a despertarse, levantando la cabeza y dirigiendo su mirada al chico.- ¿Hn? ¿y-ya llegamos...? -Pregunto casi dormido, aun sin apartarse del abrazo.-
-Intentó no moverse demasiado, pero le fue inevitable no observar al contrario dormir. Se sonrojó ante tal hecho, más no pudo evitar curvar la comisura de sus labios al verle dormir tan pacíficamente. Su abrazo era cálido, y se preguntó cuánto tiempo habían estado de aquella manera.-
-Pasó un buen rato hasta que el tren se detuvo en la parada. El súbito ruido de la aglomeración de gente interrumpió su sueño, terminando por despertarle. Sintiendo un peso en su hombró, ladeó el rostro, y terminó ruborizado al percatarse de la posición en la que se encontraba. No obstante, procuró no despertar a su compañero.-
-Se acurruca un poco más, cerrando los ojos, el movimiento del tren de alguna forma era relajante por lo que termino quedándose dormido, pero sin dejar de aferrarse al chico.-
