<Le toma de la mano y lo lleva hacia la puerta amarilla, tomando la iniciativa de abrirla, de par en par.
-Bienvenido al parque de diversiones, anda vamos a jugar corre.
<Hacia como un niño.

Uy, lo siento, chico sin paciencia. -suspira y se aleja un poco- no sé, tristemente no puedo entrar al rojo, no me gusta ver cómo mueren los animales a mano del hombre y la otra es algo interesante.

¿En qué me beneficia a mi estas tres puertas? ¿Vas a entrar conmigo o irás a otra puerta? -le mira directamente a los ojos cruzándose de brazos-

<Le pone la mano en el hombro mientras le explica a lo que llevan cada una de ellas.
-Entonces la roja? tienes dinero, despreocúpate, ademas cuentas con mi respaldo.

Me gusta la roja...pero explícame de qué trata todo esto. -miraba al chico curioso pues de verdad no entendía nada y no sabía lo que había detrás de las puertas-

<Ya que habían entrado pasaron por un pasillo algo largo y al final había tres puertas de diferente color, una verde, una roja y una amarilla cada una de ellas llevaba a un cuarto donde pasaban cosas específicas.
+La verde era un cuarto de peleas clandestinas entre humanos o entre animales, un lugar de apuestas.
+La amarilla una sala de tortura y asesinato.
+La roja una sala de bondage y filias de todo tipo.
Cada una de las salas, sin reglas, y todo aquel que trajera dinero podían hacer lo que se le diera en gana sin ser criticado o dañado.

- Y bien, elige una.

-estaba algo desconfiado pero de igual forma le siguió y le abrazó por la espalda para ingresar al lugar, no sabía qué iba a pasar o a dónde le llevó-

<Entraban a un callejón con muy poca luz, y en el fondo una puerta de madera verde, el mafioso baja de la camioneta y da indicaciones al chófer que les espere y se mantenga al tanto por cualquier cosa. Se acerca a la puerta y da 5 golpes, en ella, a lo que alguien se asoma y se susurran algo y la puerta se abre.

-Vamos, no te quedes atrás, querías divertirte no?

-le miró al ser golpeado en la espalda y luego frunce el ceño- ¿Dónde me trajiste?