Siendo un día aparentemente normal en las áreas verdes de Liyue, Shenhe emprendió su viaje en camino a quien consideraba uno de sus pocos familiares. No era la primera vez que ambos se habían visto; de hecho, ambos acordaron esta salida para mejorar sus habilidades. Dado que Shenhe había entrenado arduamente con los Adeptus, consideraba buena idea el dar algún par de practicas al joven.
Colocada bajo un árbol, permaneciendo recargada sobre el tronco, y aprovechando la sombra que el mismo brindaba, permaneció quieta, y cruzada de brazos hasta divisar a quien esperaba.
Al observar lo agitado que estaba aquel joven, Shenhe se acerco de forma firme y lenta frente a el con la intención de colocar su mano sobre su frente, tratando de detectar si su temperatura era adecuada; una aparente manía que parecía empezar a tener desde su ultimo avistamiento. —Vaya... Veo que continuas sobre exigiéndote demasiado. Es mejor que no lo tomes con tanto esfuerzo, o puedes desvariar en algún momento. El equilibrio es importante para uno mismo, o de lo contrario no podremos afrontar nuestras flaquezas. — Expreso Shenhe de forma firme, creyendo devotamente en cada palabra que decía. Apartando su mano del muchacho, siguió su paso hacia adelante, y se coloco en una posición de ataque, para dar paso al entrenamiento que tenían planeado. — Adelante, no te limites al atacarme. —