Para su desgracia, cómo casi todo en su existencia, la fuerza física no era lo bastante efectiva contra su cuerpo, aún cuando su apariencia le hacía verse frágil su resistencia era lo suficiente como para soportar la presión que la mano del dragón ejercía en su cuello, morir no era una tarea sencilla para el fénix por más que fuese su intención.

—Ugh... M-más fuerte...— Musitó en lo que parecía ser una provocación descarada, aunque si seguían así probablemente perdería el conocimiento por ser incapaz de respirar correctamente, comenzaba a sentirse un poco mareado, podía escuchar su corazón retumbando en sus oídos, no dudaba que Shaitan tenía la fuerza suficiente para partirle el cuello, pero esa muerte no le era útil, no impediría su resurgimiento.