-Heh, claro que estoy bien, esto no es mada para mi la verdad.

Responde riendo algo nervioso, pero aun no apartandose del contrario en ese momento, tragando en seco para volver a fijar sus ojos en el ajeno, mostrandole su mejor sonrisa intentando ocultar sus verdaderos sentimientos con respecto al dragon de fuego que yacía practicamente atrapado debajo de su cuerpo.

- Desear? Yo? No se de qué hablas, esto fue un accidente...

Su forma de vacilar al final de aquella oracion dejaba en claro que habia algo escondido tras las palabras que mostraba frente al dragon, mordiendose el labio inferior y suspirando, colocando sus rodillas a cada lado de la cintura del ajeno para terminar por sentarse en su regazo, viendole desde arriba una vez mas en lo que su temperatura corporal aumentaba nuevamente; era como si su cuerpo intentara hacerse más comodo para el otro dragón.

Poco a poco, sus comisuras se estiraron, mostrando una media sonrisa que lograba mostrar sus colmillos. En su ojo visible destellaba un rojo que desde hacía un tiempo se había opacado. Soltó una carcajada corta y suave.

—Yo debería preguntarte eso. ¿Estás bien?

Con el compromiso de Qíngrén y sus propias experiencias recientes había pasado un tiempo sin verle de la forma especial que el dragón de la vida solía evocar en él con tanta facilidad; pero con él y su enormidad literalmente encima de él le era imposible no detallar sus bonitas facciones y no percibir el aroma tan característico que cambiaba en el mayor cada vez que se le acercaba, y que ahora sentía muy intensamente.

—¿Qué deseas, Qíngrén?

Preguntó con esa misma sonrisa ladina, deslizando sus manos por su cinturón.

Shai... -estaba encima de el todo sonrojado en ese momento, mordiendose el labio inferior antes de reir un poco nervioso- Lo siento, creo que me emocione demasiado heh... -se disculpa, pero no se retira de encima de el en ningun momento, mirandole directamente a los ojos antes de ver sus labios- Estas... bien...? -pregunta finalmente, sonriendo nervioso aunque disfrutaba de la vista de tenerlo debajo de el en ese instante a pesar del rostro de sorpresa de este-