— Su pareja se había ido y tal vez la soledad comenzaba a afectarle más de lo que imaginaba, los terranos aún le importaban más de lo que podría imaginar, pero también el bien de Gaia era importante, sobre todo ahora que el equilibrio dependía solo de ella, pero sus fuerzas lentamente irían decayendo.

— Comprendo, entonces no voy a detenerte, continúa con tu camino pero por favor ten cuidado — Le rogó con voz suave y sutil, no dudo en regalarle una sonrisa pero antes no dudo en alzar su mano libre para brindar un poco más de magia a su ojo con la clara intención de que el sello no se rompiera, ella no sabía cuanto tiempo el estaría lejos.

—Precisamente por eso debo ir. Desde que se abrió el portal nuestra magia afecta a ese mundo y, ya que muchos hermanos siguen cruzando, debo proteger a tus terranos. Pero solo lo hago por ti, si has decidido que no te importan más, me quedaré aquí contigo. —Bufó—. Para lo que me importa si se matan entre ellos.

La caricia que le brindó su madre calmó por completo la pequeña agitación que había surgido en él. Tomó su muñeca con extrema delicadeza y dejó en ella una caricia con su pulgar. —Los conflictos allá no son diferentes a los de aquí... puedo manejarme bien allá, te lo aseguro.

— ¿Ir a Terra? ¿Por qué todos van allá? — Se preguntó aquello más a ella misma que a él, solo pudo desviar la mirada hacia un costado si lo pensaba un poco estaba acostumbrada a la soledad y su patrullaje por todas las tierras dejando su luz en cada una de ellas con el fin de mantener un equilibrio.

— Supongo que debe ser así... Solo ten cuidado ¿De acuerdo? — Cuestionó lo último con cierta ternura para brindar así una caricia a sus cabellos.

El toque de ella era de los pocos que evadía; la observó mientras acariciaba ese accesorio y luego asintió.

—Dejé que pasara demasiado tiempo mientras recuperaba energías. —Sonrió ante su última pregunta—. Tan bien como podría sentirme... pero me temo que pronto deberé volver a Terra.

— Jugaba con algunos destellos de luz entre sus manos, fue entonces que aquella voz la saco de sus más profundos pensamientos, se giro encontrándose con uno de sus hijos, no dudo en sonreír para el dando una leve reverencia ante este.

— Mi alegría es verte bien Shaitan es lo que más me importa — Se acercó a este alzando su mano con suma suavidad hacia su ojos, deslizando con lentitud sus dedos por aquel ojo cubierto por el parche — Al menos estará bien por un tiempo, tendré que volver a usar mi poder en el debes en cuando... ¿Te has sentido bien?

Encontrándola en su recorrido, bajó la mirada y la saludó con una reverencia, gesto que había adoptado como natural al haber pasado tantos años en Terra.

—Lyvanna... —Hacía poco había sido su desastroso despertar, pero gracias a ella el parche de su ojo se había regenerado y podía encontrarse al menos un poco más sereno—. Gracias. —Pronunció un tanto avergonzado.

— Decidió recorrer Gaia con el fin de asegurarse que todo estuviera en orden, apenas había despertado hace horas, dos días quizás, era su deber como dragon de la luz mantener un equilibrio.