SettTheBoss

Vino a darle unos cuantos besos en los labios, realmente lo extraña y se está esforzando por conseguir oro. Quiere darle un hermoso anillo.

[code]No parece muy conforme con solo ese beso en la frente, aprovecha la cercanía de este para juntar los labios de ambos cada vez que me ayude esa será su recompensa.[/code]

[code]«Así está mucho mejor. Te vez bien con ese rostro teñido de carmín.»[/code]

[code]Parece comprender el capricho de su carcayu quizás por esta vez podría dejarse crecer el cabello un poco más.[/code]

[code]«Solo si me ayudas a cepillarlo, tu tienes experiencia con eso.»[/code]

[code]«¿Estás seguro de eso? Igual podría solo ser en las puntas.»[/code]

[code]«Últimamente mi cabello está rebelde. ¿Crees que debería cortarlo?.»[/code]

Lograr despertar curiosidad en aquel lunari no es algo que suceda todos los días, si bien se ha topado con otros seres el ver a un humano con rasgos de animal realmente llamo su atención. Quizás no sea la gran cosa pero para él es nuevo, sino fuese alguien que es pésimo expresándose ahora mismo estaría saltando por ver que accedieron a su sencilla petición.
Antes de atreverse a siquiera tocarlas tomaría la decisión de retirarse uno de sus guantes en esta ocasión fue de la zurda, no le importa en lo absoluto dejar ver que también posee cicatrices gracias a todas las veces que se hirió entrenando.

[code]— «Bien, aquí vamos.»[/code]

Cuando su mano tuvo contacto con aquellas orejas se dio cuenta de algo, son tan suaves y cálidas. Sería sumamente cuidadoso con las mismas para no herirlo por accidente, aprovechará el momento para resolver una pequeña duda que acaba de surgirle. Su zurda bajo un poco, las yemas de sus dedos jugarían con esos rojizos mechones era su forma de investigar, definitivamente la existencia de orejas humanas era nula.

Parece que se ha equivocado solo existe dicha confianza en el campo de batalla fuera de esta son solo dos desconocidos más. En cuanto sintió la mirada contraria bajo de sus manos para colocarlas detrás de su espalda mientras mantiene una postura firme. Al menos descubrió algo, su sigilo no sirve contra el vastaya.

[code]— . . .[/code]

Sus labios se movieron pero no fue capaz de otorgarle una respuesta, el efecto del noctum sigue presente y duda que aquel hombre entienda el lenguaje de señas aún así piensa intentarlo mostraría nuevamente sus manos para indicarle que deseaba tocar de esas orejas.

Ya que están en algo de confianza le gustaría tocar de esas felpudas orejas aunque probablemente el vastaya le de un tremendo puñetazo eso no impedirá su cometido, fue directamente hacia él y estiró de sus brazos pero se detuvo antes de siquiera ponerle un dedo encima.

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No es correcto sin preguntarle primero.