Escucharía las palabras de la mujer vastaya, lo que ocasionaría que levantara una ceja luego terminó negando un par de veces. —Ser un híbrido no significa que voy a abogar por ambos lados, lo único que me preocupa es mi familia y yo. De ahí en fuera lo demás puede llegar a ser irrelevante e incluso aburrido. Puedes verme como alguien egoísta, no te culpo. — Terminó encogiéndose en hombros mostrando su honestidad en sus palabras. —En cuanto al poder, claro que lo sé.— Cerró sus puños con fuerza colocando incluso uno de estos frente a sí mismo.
Suspiró con resignación, luego pensó en sus palabras con detenimiento. Se cruzó de brazos y pareció incluso meditar con más seriedad. Se encogió de hombros y miró a Sett de nuevo. — Te sorprenderías de cuántas habilidades tiene un macho Vastaya. Enormes, inmensas habilidades. Pero no vine aquí para discutir, seguro sabrás de lo débil que se encuentra nuestra raza ahora, y tú estás en un punto medio en cuanto a nuestros agresores y nosotros. —
— Auch... Diez puntos más para tí, cariño— Lejos de sentirse ofendido por las palabras de Sett, Rakan era realmente feliz siguiendo a Xayah, apoyando sus ideales y acciones. Porque él obtenía la mejor parte de ella: sus amor.
—Por más que quiera ser parecido a mi madre, no podré serlo. Por eso terminé aceptándome a mi mismo, es como tu, que aceptaste a tu plumifero novio.— Señaló con la cabeza al otro Vastaya hombre de la habitación. —Pero en cuanto a lo que piensen de mi, realmente no me importa, a menos que me derroten, si lo hacen me lo tomaré en serio, sino... Sus opiniones valen lo mismo que la basura.—
Levantó sus dos cejas, ligeramente impresionada. — La sangre humana parece hacer su efecto en tí. Curioso, pensé que la balanza se inclinaría hacia los verdaderos guerreros, no hacia la escoria. — Mostró una aburrida decepción en su rostro.
—¿Oh? Pensé que solo repetías lo que tu mujer decía, ya sabes como un juguete que sigue a su dueña a todos lados.— Dejó salir una sonrisa mientras que añadía. —Me sorprendes realmente, no sabía que pensar estaba en cosas que sabías hacer.— Terminó riendo de nueva cuenta.
Sonrió por su parte,tan extenso y con ese aire fanfarrón que siempre presumía, se mantuvo al lado de Xayah con una sonrisita de extrema suficiencia. — ¿Salvajes?, ¿Qué debería decir? No es un poco incoherente usar esa palabra cuando se tiene un club de... Esperen, sí... Salvajes—
—¿Simples? Tonterías, no lo entenderías.— Solo se limitó a negar mientras que su mirada pasaba de ellos solo viendo ahora una hoja con los combatientes del día de mañana. —Interesantes peleadores...—
Casi suelta una risa. Escuchar a Rakan repetir sus crueles palabras con su tono de voz le pareció muy tierno, pero debía conservar la frialdad de su rostro. Apoyó las manos en su cintura. — ¿Oh? Qué ambiciones tan simples para alguien con nuestra sangre. —
