—¡Pero si es bueno! La gente mala merece morir... Y los que se juntan con gente mala... Y los buenos que parecen malos y los malos que son buenos. (?)
Un brillo especial se formó en sus ojos al ir mencionando a quienes era bueno matar, básicamente, dio a entender que si respiraba debía matarlo, salvo vagas excepciones.
Tras los "mimos", dejó a su cola moverse libremente, aun era un movimiento calmo pero ya hacerlo era un gran avance en la confianza casi ciega que solía tener con todos.
—Aun que quisieran... ¡Están todos muertos!— Sonrío con aun más alegría, esta vez era genuina pues contar aquello siempre la llenaba de orgullo. —Dime Liv y... ¡Te llamaré viborita! (?)
-escuchar a la contraria acerca de su pasado le hace recordar vagamente el suyo-
A mi también me metieron de muy joven en la batalla, aunque mas bien en vez de dejarme sin comer.... me enseñaron que matar era bueno, hasta que me di cuenta que no era verdad lo que decían.
-le hace pat pat a la cabeza de Wolf-
Si, nos manipulan cuando les apetece, pero ya no nos volverá a pasar, por cierto, mi nombre es Senka, pero puedes llamarme Snake para serte mas fácil.
—A mi me enseñaron a entrar de lleno a la batalla o no iba a comer. Así que... (?)
Se encogió de hombros cuando un pequeño tic le vino al ojo cuando empezó a recordar esos días, entonces sacudió la cabeza para "recuperarse". Tenía un bajo entendimiento para los límites, así que realmente no notaba que estaba enseñando más de la cuenta. Un parpadeo y siguió adelante.
—Yo... Creo que nunca pensé en eso. No, más bien, no me dejaron opción para pensar en eso siempre estuve herida. — Una pequeña risa ingenua brotó de ella, tendía a reír ante las peores frases que podía decir, como si fueran nada.
Asintió, parpadeo un par de veces viendo las heridas en su pecho y rostro; como su su ánimo se hubiera renovado de un momento a otro, levantó su camisa, dejando ver un cuerpo igual de maltratado, aun que con zarpazos de menor tamaño.
—¡Somos iguales!— Sonrío ampliamente, ver a alguien con cicatrices en la familia ya no la hacía sentir tan rara. —Aquí todos tienen cuerpo de dioses celtas.(?)
-escuchó algo detrás de el, al darse media vuelta se topó con una fémina abastante mas bajita que él, arqueó la espalda hacia delante, y sonrió con ánimo-
¿Hermano dices, entonces tienes que ser otra de los celtas no?
-preguntó con curiosidad, su mas alta debilidad, el ansia de conocimiento y de información.
A pesar de su aspecto de dureza y amenazante, era de lo mas agradable y amigable-
¿Pariente de quien? creo que soy hijo único, anoser que mis padres me lo ocultaran...
—Ay Lug...— la albina susurro para si misma, expectante de la imagen que proyectaba, quizá era el más rudo hasta ahora de los hermanos y eso era algo que ella no hubiera esperado ver en la familia. Incluso se sintió temerosa por primera vez en su corta vida.
