Un pronunciado sonrojo se apodera de su rostro. ¿Cómo iba por la vida diciendo esa clase de cosas? No es que en realidad le molestara, es solo que, ¡ay, era una descarada total! Debería empezar a buscar recomendaciones sobre "Mil maneras de reaccionar ante coqueteos en público de tu novia". Hm...

Suspiró derramando todo la docilidad que su cuerpo sentía en presencia de la guerrera. —Hm... ¿No será que disfrutas también de pelear? —Cuestionó arqueando su ceja. Mantenía su poca compostura algo rígida por las atenciones, las disfrutaba en secreto. —Nee, Sei-Chan, no me digas que fuiste a darte de golpes con esos babosos así, hm... —Con una mirada sutil se acercó al cuerpo contrario ladeando su cabeza. Mentiría si no lo hizo un poquitito a propósito. Le gustaba cuando era simplemente ella misma.