—Mañosa. —Soltó entre astutos besos robados sin alejarle un poco, es más hasta acerca sus manos a las oscuras hebras desordenadas para aferrarse a un pilar de la realidad. —¿No sabes que esto es demasiado...? — "Para mí propio auto control". Exhaló fuego que desbordaba del calor de ambos cuerpos calentándose entre sí.

Aquel contorneado pecho envuelto en cintas chocaba con el suyo. En medio de las caricias un leve ceño fruncido mostró su berrinche. —...No es justo que seas más grande cuando ni siquiera quieres... —Remilgó por su deplorable pecho bajo. Contrario a sus palabras se apoyó más en este juguetonamente jalando su chaqueta distraídamente.

-¿De verdad? Por lo general es al revés.- Le da un largo beso en los labios sin esperar a que le responda. -Hmmm, mi dulce princesa, no importa la forma que yo tome, me tienes completamente loquita por ti.

Vuelve a darle otro beso y asi sucesivamente hasta calmar su deseo de beber la dulce miel de los labios de su Bombón.

—¡...! —

¡Tiene unas tremendas formas de huir de los problemas que la asombra! ¡Hmph!

Pero... No niega ese abrazo. Lo necesita, lo adora. Pega su cabeza al hombro ajeno y suspira. —...Me tienes comiendo en la palma de tu mando... —Refunfuñó inflando las mejillas infantilmente. Seguro que tiene experiencia en el coqueteo con las posibles anteriores pretendientes que haya tenido en Kinmoku... Eh

-Oww, veo que te pones celosa que otra persona me vea asi.- Dandole un beso en la mejilla. -No te asustes amor, nadie aparte de ti ha visto mi cuerpo desnudo.-

Dejando la chaqueta de lado abraza amorosa a Usagi. -Todo lo que vez esta reservado exclusivamente para tus ojos mi dulce bombón.

Un pronunciado sonrojo se apodera de su rostro. ¿Cómo iba por la vida diciendo esa clase de cosas? No es que en realidad le molestara, es solo que, ¡ay, era una descarada total! Debería empezar a buscar recomendaciones sobre "Mil maneras de reaccionar ante coqueteos en público de tu novia". Hm...

Suspiró derramando todo la docilidad que su cuerpo sentía en presencia de la guerrera. —Hm... ¿No será que disfrutas también de pelear? —Cuestionó arqueando su ceja. Mantenía su poca compostura algo rígida por las atenciones, las disfrutaba en secreto. —Nee, Sei-Chan, no me digas que fuiste a darte de golpes con esos babosos así, hm... —Con una mirada sutil se acercó al cuerpo contrario ladeando su cabeza. Mentiría si no lo hizo un poquitito a propósito. Le gustaba cuando era simplemente ella misma.

-Ellos son los que vienen a retarme, si no lo hago les planto cara molestarían a las chicas de esa escuela, en especial a la mas bella de todas.-

Estaba en su faceta rebelde pero aun asi era muy protectora de Usagi. Tomo su mano y se la beso. -No voy a dejar que se le acerquen a mi bombon.-

Arqueó una ceja confundida. ¡Seiya tenía toda la apariencia de una chica mala, una muchacha líder de una banda de delincuentes! ¿Acaso esto era una película de adolescentes?

Tirando su libro a un lado, se acercó a la estrella en las gradas deportivas. Cruzó sus brazos, todo su rostro cuestionaba su actitud.

—Neee, Sei-chan, ¿Acaso volviste de pelear con algunos vagos? —Comentó ligeramente sarcástica. Pese a su forma de hablar, hay algo en la mirada de la otra que prendía la mecha de la lujuria juvenil en ella. El ceño fruncido en su cara era por los celos de que otros la hubieran visto así. ¡Era de ella, de nadie más! ¡Hmph!