(2) Su propio rostro se calentó en rojo vibrante, sus manos sudaron tanto que quería limpiárselas con su falda. El aire que respiraba se mezclaba con el contrario lentamente transformándose en un ambiente sofocante; un imán seductivo que, instó a que su propio cuerpo se acercará al contrario. Era muy notable la diferencia de altura, aunque "Seika" se refirió a ella como "onee-sama" era obvio que Usagi era muy baja, llegándole justo a los pechos.

Este mismo hecho la enfurruñó un poco que no pudo evitar hacer pucheros, tendría que ponerse de puntillas.

Apoyando ambos brazos en los contrarios, sus ojos se ahogaron con los ajenos en el océano profundo de su mirada; este extraño fuego en su interior aclamaba por dejarse tragar. Su propio pecho se apegaba a aquel busto voluminoso, grandes, atractivos para su propio gusto que tenía este raro deseo de apretar; sin embargo, siguió en lo suyo de acercar su rostro al de la estrella.