-Hizo lo posible por mantener quieto a la criatura bajo su playera que poco a poco cedía en sus filamentos; la broma tenía que ser rápida como la noticia, así que cruzó el umbral de la habitación de Leo falsamente alarmado; más bien entusiasta — ¡Leo, estamos embarazados! – se sostenía el artificial vientre movedizo, luchando por que las patas del adoptado no sobresalieran demasiado del borde.
— Pero qué demonios.. — Cuando la criatura cayó ante los pies de ambos solo frunció el entrecejo y lo siguió con la mirada hasta ese punto de reclusión por desconocimiento del lugar. Optó por cruzarse de brazos y arqueara una ceja, suspiró profundamente — ¿De dónde salió, para empezar?
