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La escoltó hacia una pastelería donde sus sillas ofrecían una apacible panorámica al mismo tiempo que un servicio idóneo para las mañanas.

Directamente se aproximó hacia el aparador, intrigado por el aperitivo que comería junto con el café de su elección estándar. Tenía el dinero suficiente para también satisfacer los gustos de la fémina con la que pocas veces había conseguido cruzar palabra.
Se ladeó, justo al frente de la caja registradora donde una empleada espera por las órdenes de los dos — Pide lo que quieras, pero a la próxima invitas tu.— la animó a pedir primero.
 
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Los detalles simples del lugar fueron estudiados a detalle por la fémina, desde las lámparas que colgaban del techo hasta el simple tapiz de los asientos, una vez que el mayor se hubico tomó asiento frente a él, de alguna manera le resultaba agradable pese a que no habian hablado tanto. Al escuchar la pregunta pensó por un momento antes de responder-

-No soy tan buena, me encantaría poder decirte como fue que lo aprendí, pero los recuerdos han llegado dispersos y poco a poco, por ahora solo se hacer conjuros pequeños, nada que requiera invocaciones o rituales elaborados...en parte bueno por ello he estado practicando con los demás.

-Al momento en que orden fue llevada a la mesa miro la tartaleta y sonrió más para si misma admirada de la cantidad de fresas en esta, hasta que recordó que no estaba sola-
Scorpio · 100+, M
— Dame un Mont Blanc y un americano, nada más. — y con la exposición de la suma en la pantalla digital, extendió el dinero para saldar la cuenta y poderse retirar a una mesa.

La simpleza de las mismas sólo volvía más relajante el ambiente; aquellas que estaban expuestas en el exterior lucían como muebles de jardín, con garigoleado blanco y sombrillas para aislar el sol o la lluvia, por dentro, gabinetes a la periferia; el resto del adornado no le importó, pues fue a ocupar un lugar a uno de ellos.

— No sabía que eras tan buena hechicera, eso para empezar. ¿Cómo aprendiste? — no quería perder enfoque, pero tampoco podía evitar ese inherente anhelo por conocer sobre los misterios del ocultismo, la magia u otros similares. Lo traía en su fecha de nacimiento. Incluso aunque su gesto parecía impávido, sus ojos reflejaban auténtico interés.

En breve su orden fue acomodada frente a cada uno.
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-Hssta ahora habían cruzado palabra solo un par de veces pero Antares le parecía alguien muy agradable, la invitación le tomo por sorpresa pero no fue rechazada.
Tras llegar al lugar miro todo a su alrededor y posteriormente al varon-

Está bien la próxima yo pago

- Dió un vistazo a los postres y después a la lista de café, llevo un dedo a sus labios dudativa -

Veamos quiero un capuchino y una tarta de fresas

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