— Lo sé, solo tú provocas ese salvajismo inherente a mi origen..

— Oh, y te aseguro que lo disfruto hasta las últimas consecuencias.

— Prefiero verte a ti ceder ante mi, es el regalo más hermoso que me has dado..

— Deberías estar en mi lugar, verte cediendo a todo ese placer que te recorre y te ahoga los gemidos en la garganta. Acordarías conmigo en que no existe nada más excitante y bello en este mundo.

— Tanto es lo que provocas en mi, que es poco decir y asegurar que me mantendré callado si eres tú quien estimula todo mi ser..