Amaba tener ese control sobre el cuerpo de su pareja, jugar de ese modo. Someterlo a su voluntad, sin importar qué tan retorcidos fuesen sus anhelos, Leo terminaba cumpliéndolos por ser también capaz de disfrutarlos. Scorpio sonrió contra la mejilla de la humanización de Leo, besando con un cinismo extraño y cariñoso — ... Lo único que me enloquece es verte retorciéndote de esta forma en mi piso. Si tan solo pudiera grabarte... — susurró, dejando correr todavía el afelpado objeto que cada vez se acerca más y más a la base de la hombría del pelirrojo, apenas rozando para crear un cosquilleo en la sensibilidad de la zona — No apartes tu vista, Leo. — su tono de voz se endureció y siseó con su nueva orden, al mismo tiempo, su mano con la que antes le sujetaba el mentón pasó a ser un agarre completo al delgado y fibroso cuello que supo apretar con firmeza pero sin la intención completa de sofocar — No es justo que sólo tu recibas placer. Abre los ojos. —
— Me da cosquillas, pero no significa que deba decirlo todo.. — En relación a ese movimiento de las fibras sobre su piel. Aunque eso pasó a segundo término en cuanto notó que la toalla que censuraba el cuerpo contrario, pues ya no estaba, y la posición que ahora lo hacía estar casi en su frente. Abrió los ojos y suspiró, el sobresalto que le dió sentir la trayectoria de esa vara hizo que se retrajera, sin embargo, cuando le devolvió la mirada no pudo más que fruncir el entrecejo — Estás loco..— Pero ese camino ya creado por el scorpio hizo que se sonrojara muy levemente y que el anterior sobresalto de ira cambiara a uno más relajado. Incluso sus pupilas se agrandaron ligeramente por la sensación que le recorrió — No te voy a mirar... — Y fue en ese momento que cerró los ojos, cuando sintió que no podría mantener la mirada en él.
— Se debería sentir bien... - en esa cercanía y con su mano libre, lo tomó del mentón para atraer su rostro, ladeandole la cabeza para tal fin. Sus labios rozando serían una distracción perfecta, así como la intensidad de su mirada marrón, para cuando la varilla siguiera descendiendo por su línea alba hasta rozar el crecimiento de su vello púbico y de ahí, creando expectación, desviarse a su ingle — ... Mírame... Quiero ver cómo cambia la intención de tus ojos. Detalle a detalle quiero ver el deseo nacer en ti. —
— No me vayas a decir que... — Si ese era el juego, podría ser divertido seguirlo. Cuando él soltó la parte esponjosa de su varita solo pudo desear que no se le ocurriera nada extraño, pero tuvo que aceptar que, muy internamente, las ideas del escorpión son muy buenas. Cerró los ojos cuando la suavidad de esa bola en la varita le hizo cosquillas, incluso sonrió de lado cuando su piel se erizó — No hagas eso.. se siente extraño~
— Conmigo todo es una buena idea. — presume al mismo tiempo que acomoda el tallo de la imitación en su mano. Se pone de cuclillas a un lado del felino, poco importándole que la toalla al rededor de su cintura se abriera o cayera — Vamos a ver... ¿Por aquí? ... — aquel cúmulo acolchonado y de fibras finas fue paseado primero por la nariz del quinto signo zodiacal, bajando por sus labios y mentón hasta saltar directo a su pecho.
