Esa fresca personalidad siempre sabía arrebatarle un par de risas como suspiros, negando, solo que esta vez fue detenido de ese último movimiento de su cabeza cuando el apretón en su mentón se lo exigió. Su mano también cedió a encontrarse con la de él para entrelazarlas con los dedos, apretando después — Pero acabamos de ir a Suiza. Aunque... Tienes razón, no fuimos a una ciudad. ¿Por qué no vamos a Tokio esta vez?
— Te enseñaré a ser un felino, los felinos siempre salimos bien.. — Ironizó antes de reír y alejarse un poco para verlo fijamente. Le tomó el mentón y se lo apretó con la palma — Eres demasiado atractivo como para decir eso, no te lo permito.. — Volvió a reír, buscó una de sus manos para estrecharla, sin perderse de ese abrazo al recargar su torso y cadera en el brasileño — Bueno, me gustaría ir a una ciudad, la que sea..
— ... La verdad es que no creo ser muy fotogénico, pero si tu quieres que yo salga junto contigo, me esforzaré por poner mejor cara. — desde su posición también podía contemplar el gesto estático de la persona a quien tiene en vivo entre sus brazos, sintiendo su respiración, apreciando sus colores y tocando su cuerpo, como pudo hacerlo ese día un poco después de tomar la captura del momento más adorable que jamás concibió para el león. Lo estrechó un poco — Últimamente vamos a los lugares que yo quiero, ¿tu a dónde quieres ir? —
Se sorprendió por el abrazo pero lo aceptó y se recargó en su pecho. Suspiró profundamente y lo estrechó con un brazo, la otra permaneció con la foto en la mano — ¿Quieres, entonces, más fotos de ambos? Podríamos salir a otro lugar y hacer más recuerdos de éstos...
— La compré ayer. -se encogió de hombros, permitiendo que la fotografía una vez más cambiara de manos. Cuando aquel pareció aceptar lo que la expresión facial expresaba, se relajó, lo abrazó y acunó en sus brazos — ... De mi nunca vas a tener que cuidarte. Sólo déjame adorarte y ya. —
— ¿Desde cuándo tienes cámara? — Zarandea la foto un par de veces antes de analizar lo que él le indica. Observa al brasileño y luego la impresión, no pudo menos que sonreír de lado — ¿Qué haré contigo? Ahora tendré que cuidarme hasta de ti..
— Estaba probando el zoom de la cámara, ¿bastante impresionante, no? Casi parecía que estaba a tu lado. -se enalteció de su talento, pero sobre todo, de aquella adorable expresión que pudo congelar en el tiempo. Miró con ternura la imagen — Mírate, tan obstinado y adorable hasta cuando comes.
