—Yo ..

Balbuceó moviendo el rostro, no ve, pero el movimiento le tranquiliza e inmoviliza sus dedos. Tenía muchas preguntas, pero no la forma adecuada de transmitirlas. Así que comenzó con lo más simple.

—¿Donde estoy?

Musitó sin energía. Se encontró cansada, no sabía el motivo, pero le pesaron las extremidades, así que solo sonrió, en silencio y buscando volver a recortarse o recargarse en algo o alguien.

¿Cómo no estar asustada en esa situación? sus manos dedos seguían tocando los de ella, de una forma gentil y suave, no buscaba que se asustara. Desvió la mirada ligeramente hacia un lado, donde unas sábanas limpias estaban a un costado de la camilla donde ella estaba en ese momento, con la mano libre tomó una y la estiró para cubrirla, fría al principio pero pronto tomaría una temperatura agradable

— Soy yo.

Le dedicó una sonrisa, que, a pesar de que ella no podía verla, podía sentirla en la forma en que había dicho las palabras anteriores. entonces se sentó a su lado para que sintiese su calor, a pesar de no estar tocándola siquiera por sobre la sábana

—Estás segura acá. Yo te cuidaré...

Estas últimas palabras parecieron algo más tristes. Sabía que había fallado anteriormente, pero no dejaría que eso le doliese en este instante, cuando debía mostrarse seguro ante ella

Pese a todo el camino recorrido, la vida y lo que sabía hacer, era probablemente la persona más cautelosa y sumisa existente. Encogió sus piernas desnudas y se abrazó a ellas en un intento de impulsarse y retroceder de ser necesario hasta que escuchó su nombre.

No recordaba mucho, realmente estaba confundida e intentaba ferozmente recordar. Necesitaba saber que hacía allí. Primero respondió con su lengua materna pues quien sea que pronunció su nombre lo hizo con un perfecto acento. Pero al no obtener respuesta, escuchar lo próximo y sentir el tacto ajeno, se paralizó.

—Rów-ksötf ..

Musitó acentuando donde no era debido, pero no le importó. Su olor le había delatado. Era él o mejor dicho:: Es él.

su mente estaba trabajando correctamente. Se sentó a un lado de ella, cerca de la cabecera, donde estaría más cerca de sus labios y sus palabras. No era momento de hablar de lo sucedido y los motivos de su actuar tan lejos de lo que era ella.

¿Que sucedería ahora? todo era incertidumbre. pero aún así, se había decidido a actuar, que fuese lo que el destino deseara.

La sonrisa de ver a su amada por fin tras varios días de una ausencia repentina fue eclipsada por la preocupación. ¿Qué es lo que estaba sucediendo? No se suponía que el despertar fuese tan abrupto y lleno de violencia. Con una señal de su mano las puertas de la habitación se abrieron en el instante que el doctor ingresaba a la sala, donde estaría aquella persona por la que sería capaz de cualquier locura. Parecía perdida, confundida. ¿Había salido todo bien o algo había fallado?

— Zuu Min ¿Eres tú?

Quería asegurarse que la consciencia traída a aquel lugar era la de ella. tal vez esa pregunta fuese demasiado simple, pero ¿Aquella mujer no buscaba siempre la simplicidad? ¿Por que abrumarla con cosas que tal vez para ella ni signifiquen nada? La mano de Schulz fue lentamente hacia la mano de ella, no con un agarre indiferente, acarició sus dedos lenta y suave, buscando tranquilizarla con su tacto y su voz

— Soy yo. ¿Me recuerdas?

No dijo su nombre, otra forma para ver si...

..] monitores, pero no por mucho, estos fueron sustituidos por un estridente ruido que hizo sangrar las orejas. Y aunque hubiese querido gritar, no pudo, tan solo se retorcía hasta que sin previo aviso abrió los ojos. Sus pupilas blancas vibraron. No veía nada, en parte oscuridad, en parte luz, pero nada más que eso.

Se encontró asustada, sus dedos no había teñido su cuello de negro, pero su cuello había teñido sus manos de sangre, de cada arañazo que repartió sobre este. Entonces bajó las manos y se dio cuenta que podía sentir, frío, dolor y .. ¿Angustia?

Su voz se negó a hacerse presente. Esperó pegando los dedos a la base, aguardó silente permitiendo que la oscuridad tomase forma y se alargara, y pusiera tentáculos donde antes no los había y se moviese como quisiere y pudiere. Tenía miedo, estaba confundida, pero siempre lista para huir o defenderse.

Los dedos de sus manos comenzaron a moverse con torpeza, se retorcieron logrando que las yemas de estos se tornasen negros. Los movimientos parecían ser aleatorios, no había conciencia en sus actos, pero las líneas forjaban figuras y a su vez estas daban una bienvenida innecesaria a la oscuridad que con lentitud se coló por las junturas de cada esquina. Amenazantes avanzaron oscureciendo todo a su paso, inundando todo con su densa energía que hábil llegó hasta donde el cuerpo.

Entonces sus piernas se contrajeron, la violencia fue tal que el crujido de sus huesos se alzó por sobre cualquier sonido. Cualquier persona buscaría aspirar con fuerza, pelearía por lograr respirar, pero Zuu solo separó los labios y recibió aquello que siempre fue parte de ella y que no podía estar sin ella.

Las asfixia fue evidente, sus manos por fin se movieron, la violencia fue tal que aprisionó su propio cuello, luchando con algo o alguien incapaz de tocar. Y sus oídos solo captaron el sonido de los [.

...ligeramente, aumentando las capacidades motrices, que pareciera sería algo paulatino, junto también a su capacidad de retener información, más no curó la ceguera, claro que no fue por que no pudiese, esperaba que fuese ella quien decidiera si deseaba obtener esa capacidad que tan acostumbrados estamos quienes poseemos visión. ¿Habría salido bien la intervención? En ese preciso instante la consciencia debería estar recuperando sensaciones dentro de su cuerpo, como si únicamente hubiese estado en un sueño unas cuantas horas

— ¿Estás seguro que funcionará?

Preguntó la voz de unos de los asistente del Dr. Schulz, la mirada que le dirigió de vuelta mostraba que era la única opción que le quedaba. Había gastado recursos más allá de lo que se podía permitirse ¿Los necesitaba? en lo absoluto. Lo único que necesitaba en ese instante para regresarla, era, que hubiesen testigos de que la tecnología pudiese llegar a tanto. ¿Regresar la consciencia de una vida perdida a un cuerpo creado artificialmente, sin siquiera haya un módulo pinfield? Era algo que podría lograr tan solo a su voluntad, pero el hacerlo de una forma brusca y tosca no traería más que problemas, uno muy grande llamado "Paradoja".

Tras escribir algunos datos en la pantalla de su PCP, un reloj que llevaba en su mano diestra, que proyectaba una pantalla un holograma táctil donde mostraba paso a paso los procesos dentro de la cabina semitransparente, donde el cuerpo de Zuu Min se encontraba, cuerpo que había reconstruido y modificado...