Mantuvo silencio mientras observaba aquella planta que le habían obsequiado, especialmente por aquellos calificativos que ella expresaba sobre el rubio. Sorpresivamente aquel salto hizo abrir los ojos de Schnee como platos al ver cómo se lanzaba a sus brazos, atrapandola en el aire y recibiendo aquella lluvia de besos en su rostro.
— Oye...
A punto de decir algo, las sorpresas no paraban, pues aquel roce de ambas pieles se hizo presente. Esta vez no entendía aunque ella era la que tenía suave tacto, tan suave como los pétalos de rosa que florecita con el rocío de la mañana.
— Tu eres la suave... Pétalo.
SW-User
— Eres lindo, copito.
Sin miramientos y sin miedo alguno, saltó sobre el rubio y le dio unos cuantos besos en una mejilla. Después apegó la propia a esta misma y la frotó suavemente, mirándole de reojo.
Una vez más su mirada se abrió con ligera sorpresa, no sabía como reaccionar al ver aquel resplandor que se generaba en manos ajenas. Por un segundo pensó en la idea de que sería algo que le dañase, aunque recapacitando, todo indicaba que ella jamás le haría daño.
Dio un paso atrás por la impresión del destello, hasta que pudo apreciar aquella florecilla de tonos primaverales. Aquel extendió ambas manos al ver que ese sería el presente de la menor, para recibirlo. — ... Schnee cuidará la planta tanto como cuidará de Dharsi; mucho más.
SW-User
Una suave sonrisa se formó sobre sus labios al sentir el frío tacto del rubio, una risilla escapó de sus labios y llevó el regalo cerca de sus labios, olisqueando un poco para percibir el aroma a chocolate. Ella no sabía mucho de las tradiciones humanas, pero ahora que le habían explicado un poco, se sentía algo apenada por no tener algo para él. Miró hacia los lados, como si buscara algo y, dándose una idea, dejó el regalo de él dentro de su bolsillo y puso sus manos al frente pero unidas. Entre ellas, una luz verdosa y blanquecina comenzó a verse, formando entre ella una pequeña flor de pétalos amarillos y un botón verdoso. La florecilla la extendió hacia el chico, sonriendo con más emoción, ternura y entusiasmo.
— Para Schnee... Es una flor eterna. Dharsi la hizo para Schnee, porque Schnee le gusta mucho, mucho y quiere que tenga algo que viva por siempre, como el amor que Dharsi siente por copito.
Si ella hubiera sido otra persona, quizás ya habría explotado de rabia al saber la inutilidad de aquella chica por no entender cosas que muchas veces resultaban simples. Sin embargo, cada vez entendía más que su inocencia era producto de su casi nulo contacto con los seres humanos, lo cual era algo que le daba mayor paciencia que todos. Era tan inocente como un bebé.
Recibiendo aquel beso, sus mejillas se tornaron rojas, aunque frunció el ceño para ocultar inútilmente el hecho que le gustaba cada vez que ella hacia ese tipo de gestos cariñosos con él, pues eso era indicio que ella era feliz.
—Tonta... Eso es lo que dije... Son chocolates de Samba lentin.
Había desviado la mirada por un instante, para poco después regresar a ella. Colocó su índice sobre la mejilla derecha ajena y con un leve toque emitió un suave efecto frío para hacerle algo de cosquillas.
SW-User
— ¿Pre... sente?
No entendió del todo a lo que se refería, de hecho, ella entendió el término de estar "presente" en algún lugar, por lo que alzó la mano y gritó a todo pulmón.
— ¡Yo también estoy presente, Schnee! Pero... Aún no me has dicho que es.
Nuevamente puso atención a la cajita, cuando ahora el rubio le dijo lo que era y lo que contenía. ¿Cocoa de San Valentín? Ladeó su cabeza cuando no entendió aquello, más luego recordó las semillas de cocoa, por lo que chasqueó los dedos.
— ¡AHHH! Te refieres a las semillas de cocoa donde sale eso que llaman chocolate. ¡Yo tengo muchas!
Infló el pecho, presumiendo que tenía gran cantidad de aquellas. Después tomó el obsequio del rubio y solo lo vio por un momento y finalmente le dio un beso en la mejilla. — Schnee es muy dulce como el chocolate. Eres como un chocolatito blanco. Me gustas.
Era una extraña mezcla entre enfado y vergüenza debido a los actos de ambos, pues éste trataba de ser amable con ella, aunque era su primera vez en tanto tiempo; además le faltaba paciencia para comprender que ella era nueva en los modos y tendencias que los humanos tenían.
— E-Es un presente... un tributo que se les da a las personas que son de tu agrado... he... he visto como lo hacen los humanos así que ¡Ya tómalo!
Respondió nervioso acercando más aquella adornada cajita envuelta en colorido papel.
— Es algo... a lo que llaman... cocoa de Sanva lentin.
SW-User
Bajó un poco la mirada tras notar el regalo que el chico traía en sus manos y que, con sus palabras y sus actos se empeñaba en que ella lo viese. Ladeó la cabeza un tanto confundida pues no entendía eso de los regalos, además de que no era un día festivo o su cumpleaños como para recibir algo; en realidad, nunca le habían regalado nada.
— ¿Qué es esto?
Preguntó con bastante curiosidad, parpadeando un par de veces, confundida.
