El rayo sobre el árbol le hizo estremecerse, pues el ruido le había asustado, así que mantenía sus ojos cerrados, hasta que lentamente los abrió y miró a Schnee.

— ¿Por qué los golpeaste?

Inquirió, haciendo un leve gesto de molestia y después soltó un pequeño suspiro, relajándose un poco.

- Es evidente que los golpee.- Respondió sin demora y vergüenza alguna de su violento acto. - Desafortunadamente siguen con vida, o eso parece. - Agregó al mirarla, no tenía miedo alguno de la reacción que ella pudiese tener, incluyendo aquel rayo golpeando contra el árbol.

— ¿Hm? — Miró a los hombres inconscientes y frunció el entrecejo. Avanzó un poco y se puso de cuclillas, era cierto que para ella los humanos eran malos, pero al final de cuenta eran vidas y las vidas las debía proteger. Acercó sus manos a uno de estos hombres y buscó el pulso del mismo, para ver si es que seguía vivo. — ¿Qué ocurrió? — Levantó la mirada para ver al rubio al menos unos instantes, justo antes de que sus ojos se cerraran de golpe, por un fuerte rayo que cayó sobre un árbol.

La lluvia caía incesante y suave sobre el sitio, su caminar era lento, sus ropas húmedas ya filtraba el agua que caía. Se detuvo al escuchar aquella inocente voz que cuestionaba su estado. Aquel solo se detuvo en silencio, dirigió su mirada a la chica mostrando algunos rasguños en el rostro. Sus manos sostenían las ropas de dos hombres inconscientes que fueron sacados del bosque siendo arrastrados. - Otro par más... -

— ¿Por qué estás tan molesto, copito de nieve? — Dudó un poco al acercarse, pues no quería invadir su espacio personal, pero era más la preocupación que sentía, que apenas y dio unos cuantos pasos al frente.