- habría pasado los meses con total naturalidad, por lo cual se yo seguía con sus respectivas reuniones de negocios y todos los asuntos concernientes a su firma de abogados más en una de esas tantas reuniones con sus ejecutivos su teléfono comienza a sonar eso habría sido más que nada porque a ella se le abrí olvidado colocarlo en silencio ya que normalmente durante esas reuniones era un nena que todos los celulares están en silencio por lo tanto se disculpa con los miembros de su directiva mientras se dirige su cartera para tomar su teléfono alberca es un número extraño esto la hace extrañar un tanto más toma la decisión de tomar la llamada meramente curiosidad toma el teléfono en sus manos simplemente edición tenue-
-Tomó el teléfono de la joven, guardandolo con mucho recelo, nuevamente se despidió de la chica y se retiró dejándola sola.-
- A partir de ese momento, Sapphire no había regresado, siquiera había hablado por teléfono, era como si hubiese desaparecido. Habían pasado por lo menos un mes desde aquel encuentro; ese día el teléfono de la joven comenzó a sonar justamente en plena conferencia de negocios, llamando del otro lado de la línea, un número desconocido.-
- Por favor, ... -Dijo la niña con voz ahogada, marcando del teléfono de la dirección a escondidas.-
-Sujetó con su pequeña palma aquella fina y bella mano de la joven, literalmente ella es bellísima en todo su esplendor. Sapphire quedó cautivada por esa joven, esbozando una sutil sonrisa.- -¿Podré verla algún otro día? -Quiso saber, porque ningún adulto que ella conoce del colegio se puede comparar con la joven Sayo.-
-la dama termina por buscar la cantidad de dinero que la niña le habría pedido más termina dándole quinientos billetes, por las dudas de si la niña fuera contado mal, sonriendo-
El placer es todo mío, el de poder hacer negocios contigo
- notando la bolsita de cortesía sonrió más cuando está me da su nombre-
Es un placer Sapphire, mi nombre es Sayo Fuji y también es un placer hacer negocios contigo
- Es usted muy buena señorita. Mi nombre es Sapphire y quiero que tenga esto. -Le entregó una bolsita pequeña de bombones.- -Cortesía se la casa. Fue un gusto hacer negocios con usted, espero poder coincidir más. -Sapphire le regaló una bella sonrisa además del pequeño presente, se sentía cómoda y aceptada por esa joven de porte elegante y belleza inigualable, muy parecida a las muñecas que venden en las jugueterías o que anuncian en la televisión.-
-Sapphire entregó dos cajas de cada sabor de galletas, habiendo vaciado casi toda la bolsa que traía cargando consigo.- -En total es... -Guardó silencio, demostrando aquella deficiencia en su aprendizaje, siendo aún pequeña, contó con los dedos de sus manos haciendo aquella suma.- - Cuatrocientos... Billetes.. -Dijo dudosa.-
Oh comprendo no pensaba que sería un problema, entonces compraré todo y me lo llevaré como tal ya que lo menos que deseo es que tengas algún problema pequeña
- ¿Revender? ... Es decir... ¿Volver a venderlas? -Mencionó preocupada, su semblante cambio drásticamente como si una mala situación se avecina o un evento trágico está sucediendo.- - No lo creo,... Vera usted, todo lo que vendo en el día debo reportarlo, las cajas de dulces y chocolates no las debo guardar, todo está contado e inventariado, sería un problema si me descubren si hago eso, actuar así es un suicidio. -Su corazón latió con fuerza ante aquella idea, pero conllevaba muchos riesgos de por medio.-