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★ Beyond the words | Inumaki Toge. ☆
 
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[code]— Detente. — La maldición se detuvo en seco e Inumaki aprovechó para dar una patada, la cuál hizo que la sacara volando. Incorporándose de nuevo, se puso en posición de ataque.

— Explota. — La criatura pasó a ser un montón de pedazos de carne y un líquido negro, cayendo al piso y manchando todo aquel lugar, incluida la albina. Los anaqueles comenzaron a desvanecerse, y la chica tomó el dedo de Sukuna que estaba en una pequeña montaña de carne con sangre, se trataba de la madre y hermano de la chica. La albina arrancó la cortina de la habitación y los tapó con esta.

Vio a Fushigiro acercarse, y le lanzó el dedo para que este lo cachara, sin embargo ya no podía pronunciar alguna otra palabra maldita, la garganta le ardía y cada que abría la boca, escupía sangre.

Lo curioso era que el velo aún seguía presente. [/c][/code]
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[code]Después de unos cuantos minutos, la maldición ya era consciente de la habilidad de aquella albina y lo necesario que era aquella medicina, antes de que la chica pudiera hacer cualquier otra cosa, la tomó con uno de sus tentáculos, envolviéndola el el hasta el punto de cubrir su boca y sin más la lanzó contra uno de los estantes de oficina.

Inumaki se incorporó con bastante dificultad, tosiendo algunos pequeños chorros de sangre y la maldición volvió a tomarla, pero esta vez con otro de sus tentáculos, el cuál lo transformó en una especie de cuchilla comenzó a ejercer presión en la garganta de la albina y con un ligero ardor en la garganta, supo que era el momento de arriesgarlo todo.[/code]
Le sorprendió ver a su Lobo de Jade cargando en el lomo a la niña, parecía ser obra de Inumaki senpai el hecho que ella se encontrara dormida, Megumi la alzó para trasladarla encima de Kuro quién conocía ahora la salida de la expansión de dominio incompleta. —Te la encargo. — Después comenzó a correr junto a Shiro para encontrar a Toge quién se había puesto como escudo para rescatar a la única sobreviviente de aquella maldición.

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[Mientras tanto en la pelea]

Aquella abominación había regenerado el tentáculo cortado, las alocadas carcajadas eran cada vez más estruendosas. Siguió avanzando hasta la albina, era momento de darle el golpe final a aquella hechicera.

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[code]— Corte — el tentáculo de la criatura cayó al suelo, provocando un ligero corte en el brazo de la albina pero sería suficiente y que la maldición sufriera por unos cuantos segundos, tiempo suficiente que aprovechó para salir corriendo de la zona y seguir adentrándose dentro del laberinto hasta poder perderlo de vista o poder encontrar a su compañero.

La irritación en la garganta ya era demasiada, no le iba a permitir usar nuevamente su habilidad. Sacó de su bolsillo la última medicina y se la bebió, pero decidida en no usarla hasta que Megumi y ella tuvieran una gran ventaja.

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[code]Recuperó de manera inmediata la cordura y por primera vez en esa misión, la suerte aún no la había abandonado por completo. Shiro había dado con ellos y lo más rápido que pudo, subió a la pequeña en el lomo del lobo, dando una señal de que salieran de ahí. El lobo salió corriendo y la estudiante se quedó frente a la horrible maldición.

Comenzó a dar unos cuántos golpes a la criatura, pero está se reía cada vez que le hacía daño. Era casi inútil golpearlo, se trataba de una maldición especial y también estaban lidiando con el encontrar uno de los dedos de Sukuna. Distraída por esto, la maldición logró atraparla con uno de sus tentáculos y comenzó a ejercer presión aplastando poco a poco. El ardor en la garganta ya era presente, si volvía a usar su discurso había una posibilidad enorme de que se viera afectada por esto.
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— Okaka — Un presentimiento negativo invadió el cuerpo de la estudiante de segundo año al ver un sinfín de cubículos de oficina, y para su mala suerte, la luz dentro del dominio era casi escasa, sin mencionar que habían bastantes sillas de escritorio que le complicarían el paso en caso de correr o tener que hacer algún brinco como maniobra.

Aún con la niña en la espalda, emprendió el camino dentro del laberinto con mucho cuidado de no ser atacada. Izquierda, derecha, izquierda, centro, centro, izquierda, izquierda. Recorrió cada uno de los pasillos y sin suerte. Fue hasta que topo con unos cubículos que no le permitían más el paso, un enorme brazo salió de un estante, golpeando en el estómago a la albina y esta salió volando, haciendo que dos de los tres frascos de medicina se reventaran, mojando los bolsillos de Toge. [/code]
—¡Gyokuken! —
[code](玉犬 Perros demonio)[/code]

A través de la técnica de Sombras de Diez Tipos, invocó a los lobo de jade: Shiro (el blanco), para que rastreara a la Albina, y a Kuro (el negro) para que rastreara la salida, pues en ese momento tanto su compañera como la maldición habían desaparecido dentro de esa enorme y enredada expansión de dominio.


Mientras tanto, lo que Fushiguro desconocía, es que la maldición se había aparecido frente a Inumaki con una histriónica sonrisa.

Se notaba la experiencia que Toge tenía al ser una estudiante de segundo año, pues se evidenció la capacidad de liderazgo con la que intervino de inmediato, Inumaki actuó cabalmente según las instrucciones de la misión de rescate tras no solo tratar de poner fuera de peligro a la niña quién iba a ser devorada sino al calmarla induciéndola en profundo sueño con una orden de su discurso maldito. Pero era muy pronto para cantar victoria.

Megumi trató de distraer a la maldición con unos cuántos golpes tratando de ganar tiempo para su compañera, fue en ese momento que cayeron víctimas de la expansión de dominio pues se vieron envueltos en una especie de laberinto conformado por cubículos de oficina, por fortuna esta técnica no estaba en su totalidad completa.
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— Vuela — Pronunció dirigiéndose hacia ella, y el cuerpo de la pequeña salió volando a la habitación continua, y la albina se aseguró de que cayera en una zona segura. El gran brazo, que parecía más un tentáculo se estrelló con el suelo, destruyendo la madera de este.

Corrió hacia dentro de la casa, esquivando unos cuantos golpes de la maldición hasta llegar a dónde se encontraba la pequeña, quién todavía tenía una expresión de horror en el rostro. La trepó en su espalda para cargarla e hizo nuevamente uso de su discurso para evitarle más trauma a la niña.

— Duerme — buscó con la mirada a su compañero para saber cómo se encontraba y a la vez empezó a sentir el ardor en la garganta.

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[code]— Konbu — Levantó el pulgar hacia arriba para indicar que se encontraba perfectamente. Después de haber escuchado a Ijichi narrarles la situación en la que se encontraba la familia, Toge tomó las medicinas para esconderlas entre sus ropas y así poder hacer uso de ellas cuando estas se necesitaran.

Una vez el velo invocado, caminaron hacia la entrada del patio de la casa y se saltaron esta para acceder a ella. Toge echó un último vistazo a la casa.

— Sujiko... — le indicó a su compañero la entrada a la casa y de un golpe, la abrió de par en par y logró ver a la niña inmovilizada por la escena que parecía de película de terror. Justo a tiempo, la albina se dio cuenta que la maldición estaba a punto de atacar a la pequeña y sin cuestionarse, bajó la cremallera de su chaqueta de cuello alto, dejando ver el sello maldito a lado de sus labios. [/code]

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