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26-30, M
About Me Notes
About Me
Solía ser un chico como los demás, creí que un poco más listo, creí que un poco más valiente.

Pero esa era la mayor de las mentiras, confundí el valor con estupidez y la inteligencia y la estupidez no compaginan del todo bien. Solía ser un chico como los demás, si, lo recuerdo bien, recuerdo aquella noche que me llevó a cambiar, recuerdo el aroma de la sangre, recuerdo el aroma de mi sangre.

Aquella noche había salido con mis amigos, uno de ellos nos retó a ir a una vieja casa en el bosque a las afueras de la ciudad, “estaba maldita” decían, como dije, confundí el valor con estupidez, porque recuerdo perfectamente esa punzada en el pecho, la misma que he dejado de sentir desde esa noche, recuerdo que mi corazón se aceleró pero aun así los acompañe, no insistí en no ir, ¿por qué hacerlo?, si decía algo me llamarían cobarde, obviamente en mi estupidez no note que había cosas peores que ser llamado cobarde.

Recuerdo la casa, la recuerdo ahora, recuerdo el aroma, olía a sangre, pero era algo que ninguno de nosotros habría de notar en ese momento, lo recuerdo ahora porque se cómo huele la sangre me he habituado a su aroma, incuso creo que mis manos huelen a ella.

En aquella casa no había nada, al menos no hasta que la pequeña llegó, era una niña, dijo que estaba perdida, insistí en que debíamos ayudarla, ese fue mi error, siempre solía pensar en el resto, aunque si debo ser sincero es posible que eso es lo que me mantuviera con vida, es por eso que me dio un regalo.
Ella dijo que sus padres estaban en el bosque, la seguimos un poco, mis amigos decían que volviéramos, yo sabía que volver era lo correcto, si era una chica perdida llevarla a la ciudad era lo más sensato, pero una vez más me creí más listo, y más valiente, insistí en una última ronda, recuerdo su sonrisa, y recuerdo que sostuve su mano, fue en ese momento que lo note, estaba helada, como yo ahora pero no le di importancia, ¿Mencione ya, que no fui muy listo?. Le seguimos y poco a poco aquella trampa se abrió paso, si, encontramos a sus padres, a su padre para ser claros, él dijo… “Mi niña había ido a buscar comida, y se perdió, pero veo que encontró la comida”, si voz heló mi sangre.

¿Qué más recuerdo?, todo, por mucho tiempo lo negué, quería olvidarlo, evitar transformarme en una bestia, pero fue cuando lo acepte que recordé todo, recuerdo que se sintió morir, recuerdo que ella dijo que fui amable que quería darme un regalo.

Recuerdo despertar, recuerdo el hambre…

¿Sabes?, antes odiaba el hambre, me daba repulsión pensar en ella, deseaba vomitar cada vez que me alimentaba, pero ya no, no es algo que me enorgullezca, todos necesitamos comer, todos lo necesitamos.