Una vez que los guantes estaba retirados, les sacude al colocarlos al derecho nuevamente, teniendo la cortesía de juntarles y colocarlos a un lado del caballero.

— Ahora si, esta perfecto —

-Se quedaria quieto, teniendo su mirada sobre ella mientras lentamente le eran despojados esos guantes. Aprovecharia, solo para poder tener ese tacto con ella a la vez que disfrutaba la cercania-

— Seria un verdadero placer —

Con esas gentiles palabras, sostuvo entre sus dedos los pliegues de su muñeca para tirar de sus guantes delicadamente, tomándose el atrevimiento de paso pasar sus dedos para acariciarle, repitiendo la misma acción con el otro guante.

Tus palabras siempre son certeras, Akemi. ¿Me ayudarias a retirarme los guantes?

Tiene unas manos cálidas y suaves, ademas la fragancia del tabaco le vendría bien en sus manos, pero alguien que párese maneja muy bien el combate, la pipa no debería representar un contrincante digno.

Te parece? La verdad decidi usarlos para no manchar las manos con las cenizas

Todo luce tan perfecto, pero los guantes en esta ocasión no le favorecen.