Estaba sentado desde una silla mirando como Misaki cambiaba los pañales del pequeño Takeru, observaba de reojo como los pechos de ella habían crecido desde que andaba amantando al pequeño.
—Misaki... ahora pareces una vaca...— Dejo salir ese comentario.
Era bastante tarde, pero su familia seguía lo suficiente despierta como para recibirlo, fue entonces que vio a Misaki y a Takeru, que grande era el humor que lo invadía cuando los veía, aunque su forma de ser no era de alguien muy alegre, así que no lo demostraba del todo. Pero lo que si hizo fue agacharse para recibir a takeru de brazos abiertos y lo tomo en estos.
— Parece que me has extrañado enano~ — Dijo volviendo a levantarse con el niño en los brazos y miro a la pelirroja que estaba allí y se acerco a ella. — ¿Y qué tal la enana gruñona?, ¿me has extrañado? — Dijo muy cerca de su rostro con una ladina sonrisa.
