-No se asustó ante la reacción del demonio, sino todo lo contrario, le parecía adorable ver como se enojaba por un simple trozo de comida, algo que por lo general no pasaba habitualmente.- ¿Se te tuvieron los títulos a la cabeza? Porque si hay que presumir de ellos, yo soy Rey y muchas cosas más.
-Ignoró por completo las flamas, sólo se levantó y buscó unas cervezas para entregárselas como señal de arrepentimiento.- Cuidado tigre, vas a quemar todo por enojarte, ¿Quieres que te echen del lugar?
- El demonió no podía creer lo que pasaba, golepeó la mesa con ambas manos alzandose con una mirada amenzante hacía el extrañó. - ¡TE MATARÉ INSOLENTE!.
-Una cortina de llamas azules lo rodearían hasta que de ellas, emergiría Sariel en su forma oscura. -
¿Humano? -No lo duda mucho y de inmediato le atrapa la nariz con dos de sus dedos, para apretar la zona, a su vez que le obligó a sacudir de su cabeza de lado a lado.-
Soy un alienigena, que mi apariencia Terona no te confunda. Y si, eso hice. -Con su otra mano le robó otra vez el trozo y lo comió.-
-Sin pensarlo, tomó de vuelta el trozo de carne al tiempo en que fulminaba con la mirada al pelirrojo- ¡Humano insolente!, ¿Te atreves a robarle la carne al principe del infierno?
