Cruzó los brazos, arqueando una de sus cejas, en su rostro una expresión de inconformidad, e incluso sus plumas se erizaron un poco. ¿Por qué siempre tenía que ser tan odiosa? —¿Qué te hace sentir tan segura?— Y esa sonrisa... La hacía ver tan confiada, tan atractiva, que Silence tuvo que apartar la mirada para no perder su postura retadora.
No fue capaz de moverla, en realidad Silence resultaba ser tan ligera como una pluma. Sonrió ladina y se encogió de hombros, la miró con esa expresión segura. — Lograre convencerte. — añadió con total certeza sin dejar de sonreír.
—¡Pero solo un día!— La empujó suavemente con su costado, aunque no lograría moverla un ápice, Saria era fuerte y firme como una montaña. —Te conozco, y se que cuando estemos en la playa vas a tratar de convencerme de que nos quedemos más tiempo.
Soltó un pequeño suspiro, sus mejillas enrojeciendo ligeramente por aquél toque, que solo le permitía a Saria. —...Podría hablar con Kal'tsit al respecto.— ¿Cómo era que siempre la hacía ceder? Ifrit sin duda había heredado eso de ella.
Extendió su diestra para atraerla y poder acariciar con su mano libre unas de las plumas que adornaban su cabello. — Oh vamos...un escape, solo uno. Estoy segura que podemos conseguir permiso. Anda, di que si ~
–Como si no tuviéramos cosas que hacer.– Negó, sin poder ocultar una sonrisa. –Ifrit no puede faltar a sus entrenamientos, y el trabajo en el laboratorio se acumula, cada vez llegan más operadores enfermos, Ptilopsis no podrá sola con toda la carga, y a ti te necesitan en el campo de batalla...
—¡Y eso lo sacó de ti, eres quien alimenta las ideas peligrosas!— La amenaza con la mirada. —Ni siquiera te atrevas.— Sabe que está conteniendo la risa.
