—No me oculto de ti… ¿eso es posible acaso? Siempre parece que ¡Sanzu! Reacciona por Dios si no te calmas no te dejare salir del elevador hasta que lleguen las autoridades o mi hermano.—Estaba temblando, no era que le agradase tenerle encerrado pero si estaba fuera de sus facultades mentales por andar con la influencias de aquellos narcóticos; era una pésima idea dejarle inclusive avanzar aún más.
Tampoco fuera que le estuviera amenazando pero si los de su organización se enteraran que ya la había dañado, las consecuencias podían ser garrafales para él. No deseaba eso, si debía dejarlo allí junto a unos cadáveres eso haría.
