—Z-Zion ¿cuánto tiempo llevas a-aquí?—No creía meterse mas en problemas pero Chiara era una caja de pandora en todo los sentidos, nunca se sabia a ciencia cierta con que nueva adquisición o acción saldría, en este caso estaba en un aprieto bastante elevado.
Aleteo sus manos buscando alejar la vista de su hermano del monitor pero el estruendo a sus espaldas hizo que volviera su atención hacia Sanzu ¿ahora que habia hecho?
—Amenazando no conseguiras nada.—Estaba atenta a sus reacciones y movimientos, comprendía que había mordido mas de la cuenta que tal vez, solo, tal vez no podria lidear sola con tal situación. Su rostro palidesio perdiendo todo color mientras sus iris temblaban observando aquel cráneo exageradamente descuartizado por la bala, simplememte era una imagen que nunca deseó obtener y no podria olvidar; tal fue su asombro que manoteo el micrófono hasta que calló golpeando el piso, soltando por un breve segundo el bloqueó de movimiento para el arrastre del elevador; consiguiente subio un piso.—Por Dios...—Esta vez su voz no sono por los parlantes, ya que estaba tratando de arreglar el micrófono cuando la voz de su hermano se escucho a sus espaldas, girando inmediatamente ocultando la pantalla con su cuerpo cosa que era imposible por su contextura pequeña.
-Podrían llamarlo controlador o hermano demasiado sobreprotector pero no estaba lejos de eso, sabia que su pequeña hermana menor solia meterse con toda clase de personas y creía que podría salvarlas de su oscuridad pero no ahora, Sanzu era peligroso en muchos sentidos sobre todo para ella y claro que se habia enterado que ya le habia hecho daño por lo que no habia dudo esa noche en seguirla y en efecto se había metido en problemas otra vez y ahora no sabía como salir y eso le molestaba completamente y hablaría con Sloan para tomar medidas para que saliera acompañada de Apolo o ellos mismos, se había tirado todo el show desde que inicio y cuando la situación se habia vuelto más peligrosa decidio entrar en acción encontrando a la menor que parecía horrorizada con la escena presenciada.- Señorita estas en serios problemas. -El rubio hizo saber de su presencia a la menor que le daba la espalda.-
Apoyo ambas manos del escritorio, sus preguntas con ese tipo de interrogante como si la conociera de toda la vida, la inquieto demasiado haciendo que sus ojos se dilataran; negó con la cabeza, estaba loco pero…Pero era cierto ella no le entregaría seria incluso peor, tenía la certeza que no pasaría mucho tiempo tras rejas al cabo y como dicen: por la plata baila el mono, sería capaz de usar ese método para salir impune, así que su opción más lógica era retenerlo hasta que al menos se le pasara el efecto de las drogas.—No soy egoísta, el egoísta eres tú qué quieres conseguirme sin medir las consecuencias.—Miro nuevamente aquella escena haciendo que su estómago diera un vuelco, deseaba vomitar, pero no, logro a duras penas aguantar esa necesidad ¿acaso no le bastaba? ¿Tenía que rematarlo de esa manera? —Te quedaras allí hasta que te calmes, aquí no vas a llegar.—
—No me oculto de ti… ¿eso es posible acaso? Siempre parece que ¡Sanzu! Reacciona por Dios si no te calmas no te dejare salir del elevador hasta que lleguen las autoridades o mi hermano.—Estaba temblando, no era que le agradase tenerle encerrado pero si estaba fuera de sus facultades mentales por andar con la influencias de aquellos narcóticos; era una pésima idea dejarle inclusive avanzar aún más.
Tampoco fuera que le estuviera amenazando pero si los de su organización se enteraran que ya la había dañado, las consecuencias podían ser garrafales para él. No deseaba eso, si debía dejarlo allí junto a unos cadáveres eso haría.
Chiara ahogo un grito tras ser testigo aquella imagen grabada en tiempo real por las cámara de seguridad, trago en seco ¿debe ser una broma? Pensó, pero no podía estar más equivocada; el hecho de ver a Sanzu cometer aquel crimen a sangre fría solo para llegar hasta su apartamento era ¡Espantoso! Estaba entre llamar a la policía o tocar el botón del micrófono para que la escuchara por los parlantes. —Sanzu…¿Qué hiciste? Esas personas no tenían nada que ver.—Su voz temblorosa sonó clara como el agua, mirando como las puerta del ascensor se cerraran.
