No tenia la respuesta a sus preguntas, y probablemente no las encontraría allí. Pero insistió en su enseñanza, aún cuando sobre el dorso de sus manos, las propias no podían tocar sus mejillas. —¿Ves?
Seguía extrañada, incluso un poco asustada; pero gracias a su pequeño juego sabía al menos que la soledad no debía preocuparle. —Sigues siendo tu. —relajando sus manos, las llevó a sus propias mejillas, imitando su gesto.—... y eso me alegra.
Pero... había algo más importante, y que no podía pasar por alto.
—¿Te sientes bien...?
Curiosidad. Su nuevo estado implicaba la posibilidad de que sintiera dolor.
[code]Estaba parcialmente imposibilitada, lo que le permitió permanecer cerca de él el tiempo suficiente para oírlo hablar. Frisk reconoció enseguida su voz, como también el modo tan particular que tenía de expresarse. Nunca le gustó su tendencia a los malos modales, no obstante, esta vez en particular se sentía agradecida de que estos siguieran ligados a él.
Le permitió explorarse un poco, respetando la confusión que lo tenía preso. Imaginó que en aquel momento las reacciones de su compañero podían ser muy impredecibles, no obstante, su naturaleza le impedía ser una simple espectadora. Como fuera, necesitaba tranquilizarlo.
Hizo una pequeña pausa para sostener sus manos, y las guió hacia su rostro. Las suyas eran notablemente más pequeñas y débiles, sin embargo, tenían la fuerza suficiente para ejercer presión sobre sus dedos, enseñarle con paciencia y cariño lo que ahora poseía.— Eres tú.
“¿Eh? … " -Dijo algo entorpecido al haber sido recién despertado por la jovencita de su precario sueño.- “¿Qué estás haciendo, Swee..." –Interrumpió su discurso al sentir el efecto de la sensación térmica en el ambiente.- “¿Eh?” –Dijo aún más confundido y empezó a tocarse con los dedos, presionando con las yemas ambas de sus mejillas con una expresión turulata.- “…” –Incrédulo empezó a bajar su tacto por el cuello, sintiéndose luego los hombros, brazos y torso, sintiendo la masa muscular en su fisionomía.- “¿¡Qué mierda sucede aquí!?” –Cuestionó molesto a los cielos, sin embargo por su maleducada forma de hablar al menos la muchacha sabría que sigue siendo él.-
[code]Llevó ambas manos a su cara, y exploró con mucho cuidado los alrededores del hueso cigomático con la yema de sus pulgares. Se había acostumbrado sentir una fría superficie ósea al palpar, por lo que dio un respingo tras descubrir que esta había sido reemplazada por calor de la carne.
Retrajo sus manos, y sintió miedo. No sabía si había muerto; como tampoco dónde estaba. Solo se había dormido, para encontrarse con la aterradora sorpresa de que Sans no estaba allí. [/code]
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