[code]Había despertado a medianoche, por los grandes y fuertes sonidos que provenían de mi estomago al gruñir. Debería ir a la cocina rápido, pero la hora y el momento no eran los adecuados. Sin embargo, aún así me vi obligada a actuar. Mis pasos eran pequeños y cautelosos, como si de un gato se tratase. Intentaba escabullirme sigilosamente alrededor de la cocina y así poder encontrar algo para saciar mi gran apetito, mismo que me hacía comer toneladas y toneladas de comida.
Por la tarde Sanji me había advertido que dejara de ir a robar comida a su cocina, pero por precaución, éste prefirió dejar con candado las provisiones para que éstas se encuentren más seguras, por los múltiples asaltos que realizaba durante el día.
Al llegar a mi objetivo final, logro visualizar aquel candado que impide que pueda disfrutar de su deliciosa comida. Me acerco a éste, hasta tenerlo a pocos centímetros, le quedó mirando por unos segundo me agacho y flexiono las piernas, me acerco más y, como habitualmente lo hago, comienzo a mordisquear. No quería hacer ruido y esta era la manera más “simple” de romperlo, esperaba que Sanji o alguien mas de la tripulación no despertara o estaría en problemas.[/code]