-la noche estaba oscura y era el momento para cumplir una misión, su objetivo según le habian informado era una peliroja que saldria que de una biblioteca cercana en un par de minutos así que la estaba esperando cerca en un callejón por el que ya sabia que pasaba. sus manos en los bolsillos y la cabeza cubierta con la capucha de su hoodie negro al igual que el resto de su vestimenta.-
-sonrie de medio lado cuando siente la mano ajena limpiar su rostro, nisiquiera se había preocupado por su aspecto ese día y parecía cualquier cosa menos una agente de inteligencia, asintió y despacio soltó su mano para luego dirigirse hacia la puerta-
Adiós señorita Ivanova, alias escritora famosa.
-esta vez su tono fue más bromista en lo que caminaba hacia la puerta y al abrirla , antes de salir hizo el saludo militar con los dedos en su frente y salió dejando el apartamento ajeno sin saber cuándo la volvería a encontrar.
Murmura y se incorpora permitiéndole hablar. Esa parecía ser una despedida, el final de una noche peculiar y que no podría olvidar. Nina le extiende la mano derecha libre de vendas y da un suave apretón. Su mano contraria se acerca al rostro de la peliazul y limpia con el pulgar un rastro de sangre seca.
— La próxima vez utiliza algo que cubra tu rostro y si te equivocas no tienes que pasar por todo esto... — la suelta y da un paso hacia atrás, la sonrisa de Nina era amable.
— Adiós, Sam. También ha sido curioso conocerte, no podré olvidar Grecia ahora haha.
-comenta sin levantar la mirada hasta terminar de vendarla, deja el restante a un lado y después eleva la vista a los ojos ajenos sonriendo un poco después de asentir-
Gracias, espero también yo que así sea... Y también espero poder leer sobre esa novela.
-entonces se coloca en pie y extiende su mano hacia en ella esperando la tome-
Lamento los inconvenientes causados, fue... Curioso conocerte...
En completo silencio asiente y se queda quieta permitiendo que se encargue de su herida. Nina estaba confundida, pero no tenía ganas de hablar sobre la inexistente herida ahora. ¿Se verían entonces en algún momento nuevamente?
— Una novela romántica. Una chica que no puede amar conoce a un chico que amó demasiado y lo perdió todo. Ya sabes, sufrimiento.
Con una sonrisa cómplice le agradece y sigue escuchando las palabras de Sam.
— Oh Italia... ¿Un viaje sanador entonces? Espero que logres lo que deseas allí.
Si nos vemos de nuevo te explicaré lo de la cortada...
-dijo al notar que no ponía vendas sobre la mano propia. Tomó el algodón y alcohol para limpiar de forma cuidadosa la sangre que estaba en la mano ajena primero antes de empezar a vendarla-
Sobre que escribes?
-pregunta sin levantar su vista de la herida mientras la limpiaba tratando de ser cuidadosa, al retirar todos los restos de sangre toma la venda y empieza a envolver la mano mientras sigue hablando luego-
Mmh, no he ido, y yo soy de Italia, no es que extrañe el lugar, pero siento que me haría bien volver un tiempo y quiero cerrar ciclos.
"No se cortó. Me corté sola y la manché con mi sangre." Ese único pensamiento emergió en la pelirroja al limpiar la zona donde se supone debía existir una herida abierta. No dijo nada, estaba a salvo después de todo pero si se sintió tonta. Hizo un pacto consigo misma. Por supuesto que no puso vendas, se limitó a extenderle su mano ensangrentada para que le hiciese el favor.
— En Escocia busco inspiración... ¿Alguna vez has ido? Es una maravilla...—alzó la mirada con una leve sonrisa al oírle. — ¿Extrañas tu hogar? ¿Dónde sería eso?
-contesta cuando ella regresa , acomodándose mejor en el sofá para que tuviera espacio también. Su mano ya estaba sana y apenas se veía la sangre seca sobre la antigüa herida, no sabía cómo reaccionaria ella pero trataría de no mostrarse extraña ante eso.-
No soy de acá , estás en los cierto, viajo mucho pero siempre acá, acá decidí hacer mi vida aunque estoy pensando en regresarme a mi país de origen. Aún no decido.
Se escuchó que alzaba la voz regresando con un paquete de vendas cerrado y la pequeña botella de alcohol. Buscó sentarse junto a Sam dejando las cosas entre ellas y extendió su mano sana a ella.
— Dame tu mano, te curaré y luego tu puedes hacerlo conmigo.
Mientras la esperaba seguía mirando con atención a la peliazul.
— ¿Es seguro preguntar si eres de aquí? No sé si tu trabajo de secuestradora te hace viajar por el mundo también.
-siguió en silenció tras ella escuchando atenta a sus palabras en lo que asentía un par de veces. Al ingresar al apartamento buscó donde acomodarse sacando al fin las manos de los bolsillos. La herida ya estaba sana pero de todas formas quería investigar un poco más de esa mujer, ver qué podría usar en caso de ser necesario-
Trabajo y vacaciones juntos? Eso suena entretenido, a donde irás después?
Un suave sonido indicaba que estaban en el segundo piso. Las puertas se abrieron y mientras caminaba, la chica hablaba.
— Por trabajo, mejor dicho. Aunque también son vacaciones... Es un hermoso lugar, la gente es amable y... — bosteza entonces deteniendose frente a la puerta con el número 7. Nina usa las llaves y hace un gesto con su mano invitándole a entrar. Deja los pesados libros sobre un pequeño sofá para uno.
— No quisiera irme, pero tengo que moverme de aquí a allá constantemente. Siéntate, por favor. Iré por alcohol y vendas.
