- estás en tu casa... O apartamento en todo caso. *Menciona a su acompañante una vez abre la puerta de su apartamento dejándola entrar a ella para luego pasar y cerrar la puerta tras de sí. El apartamento estaba en las afueras de la ciudad y no era muy grande pero tenía espacio suficiente para que al menos 3 personas pudieran estar cómodas* - quieres algo de beber o vamos de una vez y te muestro donde vas a dormir? *Pregunta yendo directamente a la cocina por algo de agua mientras se quitaba la chaqueta y la dejaba en uno de los banquillos frente a la barra*
- Entregó el vaso y caminó detrás de Sam, observando con atención el camino, hasta quedar frente a la puerta que le designaron, una vez ahí, tomó el picaporte y abrió la puerta lentamente, esperando a ver lo que se encontraba dentro - Que lindo... - Susurró al ver lo acogedora que era la habitación, le traía extraños recuerdos que le imprimieron el pecho y, cuando estuvo a punto de soltarse a llorar, instintivamente llevó la mano a su vientre - Estaremos bien, sé que tía Sam cuidará bien de ambos, ¿no es verdad? - Observó a Samantha por sobre su hombro-
