La voz femenina se le acercaba, casi parecía tenerla debajo del trasero que tanto le adulaba. La capa ondeó en el viento tras el disturbio de su hombro al poner un pie atrás, buscando a la mujer que le hablaba. – ¿Me acabas de llamar estúpido? – Casi pisó la serpiente que, astuta, reptó por el tronco firme de una de sus piernas. Su propia serpiente peligraba, intuyó. Quizá los huevos. – ¡¿Eh?! No-no-no-no-no.. – Comenzó a sacudir la pierna atrapada con desespero, pues una parte de él estaba muy consciente de que si le llegara a golpear, se arruinaría el traje ( de nuevo ) con los jugos gástricos de su última víctima.

Pero si es para azotar? <3 Hay tanta química entre los dos que me provoca la pena emplear un esfuerzo extra~ -Se fue ondulado sinuosamente por el suelo entre las piernas del sujeto de ridícula fuerza bruta, husmeo con su telepatía embrollandole seductoramente en su telaraña, acostándose el crotalo siniestro de su efigie al embustera tomar forma de una sierpe, un inofensivo pero artero y letal reptil- ...Tu aroma...tu masa corporal... Tu espíritu ingenuo... -Se enredo en su muslo- ...tu si puedes contestar a mis expectativas~

No es para comer. – El comentario le provocó un poco de rubor, pero solo porque él sabía lo bien que se veía. (?) –

Veo tu trasero y se ve delicioso en mayitas (?)