— Su despertar es lento todavía tiene esa costumbre, las palabras torneo le hacen levantarse aunque debe ser cuidadoso en no despertar a Kuro tan apresuradamente. En su lugar un brazo la envuelve y con el otro se va girado, dejándola recostada entre cobijas y almohadas aún envuelta cual burrito.— Voy enseguida. Deberías entrar Cath, no necesitas guardar modales. . — Estira los brazos buscando esas pantunflas con el tacto de sus pies, levantándose se acerca hasta Sadie a quien besa en la mejilla, después en los labios.— Buenos días, querida.
— Adelante, Cath. Justo estoy haciendo el desayuno y Issac ya despertó. — su amiga siempre es bienvenida a su casa, así que deja la puerta abierta para que pasé. Mientras tanto se dirige a la cocina que estaba dividida por una barra de desayuno. — Deberías levantarte antes que Kuro empiece con el torneo de karate.
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— Como estrella de mar Kuro se me había encimado, Issac sostiene un brazo alrededor de la espalda y el otro había sido usado como almohada para Sadie. De esas veces que el sueño es profundo lo que logra despertarlo es el rugir de su estómago y la ausencia de Sadie cuando mueve los dedos, abre un ojo sin encontrarla. Olfatear la comida en el ambiente lo hace estirar las piernas y sentir todo ese peso de Juro quien no tiene intención de despegarse.— Yawn... Huele delicioso.
Se despertó primero porque quería hacer el desayuno para ellos : Kuro y Issac. Hoy estaban en su casa así que dormían los tres juntos en la cama y todo estaba a la vista porque vive en un monoambiente. Puso las manos a la obra pero en modo silencioso, no deseaba interrumpir el sueño de ese par; Issac verdaderamente tiene madera para ser padre. — Qué lindos. — susurro para si, tomando una fotografía con el móvil.
