Las palabras del antiguo Dios de La Tierra parecían tener siempre un efecto positivo sobre ella. Con tan sólo oírlo y sentir la calidez que le transmitía a través de aquella amigable sonrisa, podía asegurar que sus preocupaciones se aplacaban un poco más.
—Muchas gracias, Mikage-san...
—Aunque hay algo que aún no comprendo, ¿qué es eso que podría enseñarle yo a Tomoe? Creo que él es realmente bueno en todo lo que hace... dudo que haya algo en lo que yo pueda colaborar.