[code]...para desmembrar seguramente al cazador como pedazos de mantequilla. —¡TECNICA DE SANGRE! ¡GOLPE DE FAJA MULTIPLE! —De repente, sus cabellos palidecieron hasta ser de un desteñido tono blanco, sus ojos se voltearon en odio abisal y un patrón de cicatrices craquelaron los contornos de sus delgados brazos, escote, cintura y caderas. Sus estrecheces y abundancias de manjar de mujer se contornearon y el nácar de su piel albina relumbró con fosforescencias. Sus pasos fracturaban el zócalo sin dejar de avanzar hacia el peligro y esculpirse como un zombie psicópata entre la adrenalina y las flamas. Quería tener el primer plano de su muerte súbita.[/code]
[code]—Eres solo un miserable humano y no podrás detenerme, ya que eres un imbécil.—Sus contornos desnudos y erizados fueron lamidos con una armazón de gruesos y nuevos tentáculos de fibras textiles que comenzaron otra furiosa tempestad. Literalmente estos flotaban en espiral, rodeándola, tan colosales como serpientes que intempestivamente iban cayendo catastróficamente en azotes que destruían el suelo, procreando un sismo en el zócalo y una consecutiva estampida se volvió a disparar hacia él, pero esta vez en oblicuos sesgos cuyos intervalos no tenían ningún punto ciego. Iban todos en alarmante velocidad que el corte iba a ser de proporciones más siniestras que el anterior... [/code]
a que estaba cocinando algo menos ambiguo que un simple ataque frontal o lanzarse a lo tonto sin posteriormente haber ideado algo que le ayudase. Estaba intentando acceder a su marca de cazador; a canalizar todo ese potencial que podría ponerlo a la altura de la Luna superior.
Tomó aire por sobre la boca, aspirando lo que asimilaba era un vapor que aparecía de la nada cercano a sus labios. Sus manos circundaron el mango de su Nichirin para tomar mejor postura y agarre para un ataque. No indujo sus piernas a tomar postura de ataque sino mantenerse ligeramente flectadas y separadas, pero quería tomar por sorpresa a la confiada demonio que pensaba estaba luchando con aquel inexperto cazador aún
En el aire me resultará muy difícil esquivarla. Tengo que quedarme en el suelo si quiero sacar algo de ventaja hacia sus fajas...
Miles de ideas hacían trinchera en sus miedos: viéndose empalado por esas telas mortales, sin cabeza, o peor aún: siendo devorado por ella.
¡No! ¡Mantén la concentración! Olvida el odio, olvida las ansias... Disipa tus miedos y empuña tu arma...
Y pese que era todo un manojo de autocontrol, por fuera su pasividad no se vio franqueable por sus miedos internos. Sesgado aún por el dolor aparentemente insensible de su hombro; procedió a dar un paso hacia delante, nuevamente con las intenciones de atacar, pero... Algo estaba esperando que sucediese. ¿Le daba carta abierta a que ella lo lastimara primero? ¿Alojaba esperanzas de detener sus ataques? No, no. El giro que dio a su Katana de 180 grados y en ángulo perpetuo a su muslo, con la punta casi tocando el suelo daban lugar
Palabras que no entraban en oídos sordos por momentos. Sus piernas parecían vacilar cuando lo dejaron flexionando las rodillas como quien el peso ya no soporta y estaba a punto de rendirse ante el desfallecer de una inconsciencia anunciada, pero lentamente fue emergiendo de los abismos de una derrota que ella decía tener ya en sus manos.
Fluctuante de haber recibido de sus fajas una herida en el hombro, sus manos se aferraban con fuerza el mango de la Nichirin justo frente a su rostro ensombrecido por la distancia, como si su vida dependiese de cuanta presión pudiera aplicarle con los dedos.
No se notaba cansado aún o con un esfuerzo sobrehumano de jalar aire a sus pulmones pues su sangre estaba aún bombeando con la fuerza inicial y podía mantenerse un poco más en la algarabía de aquella presión. Su hombro dolía demasiado, como la mordida fría de la muerte acechando al cazador, sin embargo por fuera denostaba esa calma que antes nunca pudo ensamblar en su sentir. Analizaba de ->
[code]Su preciosísimo rostro de muñeca estaba lleno de impotencia y furia, pero su estrategia había funcionado. Se plantó, incrustando los talones en el suelo con enferma ojeriza, rodeada de la armazón de tentáculos levitando alrededor de ella cuando vocifero triunfal. —Pero, ahora debes estar muy cansado luego de consumir tanta energía con ese cuerpo mortal…Fufufufu, ¡¡Porque las alimañas siempre serán alimañas!! —Comenzó a avanzar hacia el danzarín a paso muy lento nutrida de su mejor combustible, el odio. —Voy a descuartizarte y nadie me impedirá comerme tus ojos. Nadie va a interferir esta vez...—
[code]—Voy a romperte a pedazos por tu blasfemia. — Declaró despóticamente, alzando su inconfundible bello rostro tatuado con una flor, confrontándolo así de arrogante y artera como era ella, pero un chorro de propia sangre rugió, siendo en una fracción de segundo una de sus fajas lanzadas como planchas de acero, alcanzada y cortada en dos como un mero retazo de artería justo a orillas y al ras de tocarla en la cara y dejarle una marca. Tuvo que saltar hacia atrás ante la amenaza. —¡Maldito! ¡La rompiste! ¡Lo lamentarás! —Una estela de chispas chamuscaban tras de la prenda magullada y segregante de sangre que se retrajo junto con las demás hermanas hacia ella, que derrapaba con sus pies el sustrato obligándola a cubrirse y retroceder.(...)
[code]—No me olvidaría lo que me hiciste esa vez. —Ya había experimentado anteriormente el cortante filo de su katana y conocía el ardiente soplo del waltz de fuego que el cazador estaba preparándole. Ella lanzó un rugido de carcajada y las trece fajas liberadas oscilaron, girándose en torno a él con sus aristas vivas apuntándole. Finalmente, el cazador había encontrado un flanco, se elevó en el cielo y como un disparo fue a descargarle en su aterrizaje un tajo que se aproximaría deprisa a su cuello. Pero, ella estaba ahi esperándole, y disparó la locomoción de todas sus serpentinas formando un cliclón en dirección hacia arriba a lo que estas incidieron adoptando una mortal velocidad hasta formar vendavales giratorios y cortantes que barrirían y descuartizarían el cuerpo de su declarada víctima en un vórtex de continuos tajos centrífugos. —...
que alimentara su ego. El andar que tomó el chico era rápido, pero grácil y hasta silencioso para poder tomarla por sorpresa, con una mano sujetando la vaina de su Katana y la derecha preparando el tajo que terminaría con su vida de poder asestarle un golpe crítico contra su cuerpo.
— Hinokami Kagura - ¡Enbu Issen!—
Las cantidades de oxígeno que tomó para esa postura fueron inmensas. El bombeo de sangre aumentó también de forma drástica, hasta que a medio camino pareció explotar en un aumento de velocidad sobrecargado. Parecía un relámpago de fuego destellante que a velocidad vertiginosa buscaba el cuello de la albina, desenvainando la katana cuando la distancia era críticamente corta y empuñar el golpe con éxito si atinaba a decapitarla.
El repentino cambio en el aire lo cimbró de pies a cabeza, y no fue necesario usar el olfato para saber lo que ella tenía contemplado hacerle. La suerte pudo aseverar que el ocio ese momento fue de suma ayuda, pues en cuanto la mirada de la Luna superior se torno agresiva y su rostro cambió repentinamente; desenvainó media Nichirin jalándola con fuerza, apoyando la pierna derecha delante de la izquierda, reclinada con la rodilla por delante y la zurda contra el suelo como impulso hacia ella... Pero fue muy lento. Las telas atravesaron su cuerpo como si fuese un simple pedazo de papel; empalado a la suerte de su confianza por la traidora aquella. O eso aparentaba.
La verdad es que había maniatado una respiración en ese momento, una que ella bien conocía si la atención se postraba para sus confines más allegados a los recuerdos de la pelea pasada. Había impulsado con éxito su cuerpo, pero dejando una mera ilusión tras de sí para confundir a la orgullosa demonio de una victoria fácil -
