Hizo un pequeño guiño juguetón. Caminó al lado del rubio extendiendo entre sus manos un mapa de la zona cavernosa de la isla.
— Escuché muchos rumores acerca de esta isla. Dicen que existe un gran tesoro en esta isla, pero es peligroso llegar a él, es por eso que no lo han encontrado. Pero, con tu fuerza y mi inteligencia, seguramente podremos apoderarnos de ese hermoso tesoro.
Sus ojos brillaron y por un segundo tomaron la forma de los símbolos de berries. Sonrió ampliamente y volvió a observar el mapa.
-Había escuchado de un tesoro escondido en aquella isla, pero prefirió mantener el dato oculto de sus nakamas, ya que si Luffy se enteraba de una "posible aventura" era capaz de armar un alboroto, así que se limitó a comunicar su intensión a uno solo de sus nakamas, Sanji. Él era perfecto para acompañarla, era prudente, fuerte, y sin importar qué, no haría nada de forma impulsiva.
La navegante fue hacia su habitación para colocarse ropa cómoda para la ocasión, enrolló el mapa y lo guardó en uno de sus bolsillos. Llevaba una pequeña mochila al hombro con los aperitivos preparados por el cocinero por si la aventura lo a meritaba. Salió de la habitación y bajó del barco para acercarse a su nakama que, como siempre puntual, ya la esperaba.-