¡Oh, por dios! *Hizo desaparecer el martillo y se tapó la boca con ambas manos, luego se acercó al erizo y se agachó frente a él para levantarle la cabeza del suelo, el cual se habría agrietado por la fuerza desmedida del golpe* ... Lo siento. Estoy acostumbrada a que los inventos de Eggman, o él mismo, aparezcan de la nada de esa forma. ¡No fue mi intención golpearte así, de verdad! *Se disculpó y abrazó a su contrario para intentar mostrar que su disculpa era sincera, ya era bien sabido que ella se expresaba mucho con el contacto*