-Tan pronto sintió la lengua tocar su nivelo cuello, la rubia cerro los ojos con fuerza ya que sabia lo que le esperaba, mas no se imagino que de un momento a otro saldría despedida del sofá, cayendo alejada de rubio vampiro, cayo al piso con un mecho de su cabello cubrirle el rostro, ya sabia que ella solo estaba ahí para que los Sakamaki se alimente de su sangre, pero es que siempre la trataba de una forma sádica y fría, al inicio pensó que se llevaría bien con Shu, pero parece ser que su inocencia siempre junto con ella.
Cuando estaba en el piso, completamente adolorida por el golpe pues en verdad fue lastimada por que no se midió la fuerza en la que la chica fue empujada, al escuchar las palabras que él le dijo, no supo que decir por que ella no era así, solo deseaba por un día ser cuando mucho tratada bien por los 6 hermanos vampiros-
Shu separó los labios, apenas sacó la lengua lamió con la punta de ésta el cuello nívea de la fémina. Su embriagante aroma y ahora el irresistible sabor de su piel. Tras realizar el impetuoso acto esbozó una leve sonrisa juguetona. Estaba satisfecho, provocar temor, vergüenza y decidía en aquella criatura lo divertía demasiado, era inevitable sobrepasarse, sin embargo, verla intentando huir, le mancillaba el orgullo, ¿por qué demonios evadía la situación cuando ella vivía para él? Por no mencionar a la familia Sakamaki.
Acompañado de un leve suspiro y el cambio espontáneo de actitud, el varón de rubios cabellos tomó a la joven por los brazos, la alzó y empujó fuera del sofá y de él, sin medir la magnitud de su fuerza. Se quitó la manta y arrojó al suelo, acto seguido, se incorporó— Hipócrita... —Susurró mientras depositaba los pies en el piso.
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-Fue capturada, sentir que le apretó la muñeca con fuerza, logro hacer que entre los finos labios de la jovencita, saliera un suave grito de dolor, pues esa forma de sujetarla la estaba lastimando, mientras evita con todas sus ganas alejarse del vampiro, pues ya es consiente a lo que le depara al estar cerca de los Sakamaki, ellos solo la querían por su sangre, por ese liquido vital que corre por sus venas, la de la joven rubia de aparecía frágil es demasiando tentadora por tener el corazón de aquella nefasta mujer.
Fue cuando pudo ver que se acerca a ella, cerro los ojos pues ya imaginaba lo que iba a pasar, lo sintió sobre su fijo y blanco cuello de porcelana, apoyando las manos contra el pecho de rubio vampiro, trato de alejarse, de sapararse pues no deseaba ser tratada de esa forma, no deseaba que siguiera bebiendo su sangre.-Por favor...no sigas-. Dijo con voz chillona por el miedo, casi mas como una suplica, buscando algo de compasión-
No le importó verla rehuir de él. De inmediato la montó encima de sí. Con el brazo libre rodeó la cintura de la fémina entretanto presionó con mayor fuerza su muñeca. No la dejaría escapar. La dulce fragancia que desprendía lo invitaba a mofarse de los instintos más bajos del hombre...
¿Cómo ceder ante el deseo? Incluso los seres más fuertes caían en los apetitos más violentos. Poco a poco los labios del vampiro se acercaron al terso cuello femenino. Con los ojos bien cerrados permaneció ahí. Quieto.
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-Cuando estaba por alejarse fue cuando sintió ese agarre, cosa que la sorprendió sobre manera, ya que al verlo dormido, solo quería cubrirlo para que no tenga frió, al ver la forma en que la miraba, la joven de cabellera rubia y ojos rosa brillante, templo como si solo fuera un pétalo de rosa frágil al viento, cuando la jalo, aunque trato de evitarlo, no pudo por la fuerza sobre humana de aquel rubio vampiro-
Sintió la suave caricia de la tela cubriendo su cuerpo. El dulce aroma de anís. En un rápido movimiento sujetó por la muñeca a la exquisita criatura que se había atrevido a perturbar su paz. Lentamente abrió los ojos y posó las pupilas en aquella frágil doncella de labios teñidos de rosa pastel— . . . —No iba agradecer por el detalle ni siquiera por su presencia. Con total indiferencia tiró de ella con el fin de acercarla más a él.
