Fue entonces que la mujer gentilmente sonrió por su respuesta, tomando con un poco más de fuerza la mano contraria para subirla hacia el propio rostro. — Si le prometes a un hada protegerla de corazón, ella se pondrá a tu servicio — Fue entonces que le dejo un pequeño beso en el dorso de la mano, inclinándose solo un poco, a modo de corta reverencia. — Amo.. —
El que la pequeña lo hubiese sorprendido con su habla, aquello que acababa de hacer lo había dejado los ojos como platos ¡Un hada! ¿Que comería un hada? ¿Flores? ¿Cereales de frutilla? El tacto de su mano era tan suave como lo había sido su pelaje.
— Ofrecí que te cuidaría, aún sin saber tu verdadera forma ¡Mi propuesta sigue en pie! Claro que quiero un hada a mi lado.
¿Realmente había escuchado bien? ¿Quien querría vincularse a un hada? Tal vez él no sabía con quién se metía, o con lo que se metía, por lo que la criaturita dio un salto hacia atrás, cubriéndose de una bruma rosa de la que saldrían un par de manos que sujetarian a una de las contrarias, hablando suave a medida que la figura humanoide hacia presencia — Eres tan gentil.. Pero ¿Realmente quieres a un hada contigo? —
Se quedó quieto cuando la criatura saltó de aquella manera para apoyarse sobre él, parecía bastante ágil y llena de energía ¡Tan tierna se le hacía! Escuchó con atención lo que le decía, quedándose en silencio unos largos segundos, pensando su respuesta. ¿Acaso había algo en su especie o forma de ser que la llevaba ser así?
— Si con mi vida o con mi muerte puedo protegerte, lo haré ¡Lo prometo!
La idea de ser protegía era tan... Dulcemente tentadora, pero ¿No era arriesgado confiar en alguien que apenas la acababa de encontrar? Puede ser, pero las hadas tienen mucho tiempo para vivir, por lo que sería interesante intentarlo. Se escapó de la prenda con que la hubiera arropado, apoyando sus patas traseras sobre los antebrazos masculinos y las patitas delanteras sobre el pecho contrario. —Las criaturas como yo podemos ser recelosas con las promesas... ¿Te atreverias a prometerlo? —
Se quedó completamente en blanco cuando la pequeña le contestó ¿Acaso lo había imaginado? Su pregunta había sido completamente al aire, no esperaba que le contestara. Trató de actuar normal, para no parecer descortés.
— ¿Por que tenerte cerca sería malo? No parece que causes problema. Y en toso caso, te cuidariatde todo y de todos.
— Si me llamas por mi nombre, deberé obedecerte y seguirte... No siempre es bueno que alguien como yo esté cerca — Su voz sonaba pequeña, como de una niña, pero era tan confianzuda que no le molestaba ese tipo de trato mimado de pequeña. — Puedes solo mimarme y estará todo bien... —
La envuelve con su camisa con mucha delicadeza, como si se tratase de una criatura recién nacida. No puede describir la felicidad que sentía en su pecho al tratar a una cosita tan linda como esa. La mira desde arriba con algo de curiosidad.
La criatura cede, no opone nada de resistencia al ser levantada de su sitio y se acurruca en su abrazo, su piel es tibia y agradable; hace casi que se comporte común felino, por lo que frota su cabeza contra los dedos que la miman. Vagamente abre los ojos para ver aquel que tan dulcemente la trata, guardando su voz para seguir con esa interacción de "criatura desamparada"
