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SK1581973 · F
Finalmente dirigió su mirada a Kaeya, era evidente que sentía algo de vergüenza por su preferencia de novela, sus mejillas siendo las delatoras. Sin embargo, en sus labios estaba presente una tímida sonrisa. ¿El causante? Simplemente que preguntara de sus gustos le hacía sentirse importante y tomada en cuenta.

—¿Ese es el sitio sorpresa?— Se aventuró a adivinar, más que nada fue una suposición lanzada sin premeditación alguna, es solo que tanto misterio la hacían sentir inquieta, pero en el buen sentido; era como si estuviese en un juego de acertijos y adivinanzas. Sabía que el capitán no daría respuestas. ¿Pero no estaba de más probar su suerte o si?

[¡Milagro! Creo que al fin te igualé en número de turnos jaja. Traté de esperar lo más que pude para no ser intensa con las respuestas que luego me emociona. De todos modos sabes que puedes tomarte el tiempo que quieras para responder 💙. Trataré de dejar un plazo de 1-2 semanas para mi respuesta, así no es tan pronto.]
SK1581973 · F
Y es que de algún modo sabía que su permanencia en Watatsumi, aunque fuesen unos cuantos días, seguro tenían un costo y la respuesta del peliazul fue suficiente confirmación. Lo que menos quería, era costarle más horas de trabajo extra por sus visitas. Antes de poder ofrecerle asistencia con la investigación después de celebrar, el moreno cambió la atención a otro tema, haciéndola sonreír un poco, era evidente el cambio de foco a otra cosa. Iba a darle el gusto, aunque también a sí misma. Probablemente era egoísta de su parte, pero quería disfrutar al máximo el tiempo que tenían para ellos finalmente.

—Mmmm... Me gusta la lectura casual, de hecho leo de todo un poco. Sería más fácil si me dices qué género te gusta leer para darte una recomendación más acertada. Y... en cuanto a que libro me gustaría tener, puede que parezca bizarro, pero quisiera leer una novela basada en un juego de cartas... ¿Haz oído sobre Invocación de los Sabios? No he podido jugar como quisiera, pero me inter
SK1581973 · F
—¡Estoy agradecida!— Aclaró abruptamente mientras sus mejillas se arrebolaban por la vergüenza. —Es un honor que las miko y mi gente tengan esas atenciones para mí, es solo que... No siento la misma cercanía, es como... es como cuando Lumine me ofrecía algo de forma desinteresada o... éste paseo para pasar más tiempo juntos es un buen ejemplo.— Oh cielos, debería callarse. Miró a Kaeya apanicada por sus explicaciones que seguro parecían sin sentido. Solo que eran los únicos puntos de comparación que venían a su mente.

Se calló un momento, dejando morir su monólogo de explicación, mientras daba leves apretoncitos a la mano del usuario cryo como distracción. Relajándose lo suficiente como para poder volverle a mirar, de forma intermitente claro, para no tropezar en aquella caminata. Agradeció de sobremanera cuando el tema cambió al motivo de la visita del capitán.
SK1581973 · F
Aquella dicha que sentía se expresó en forma de una tenue risa, correspondiendo a la contagiosa del peliazul. —¿Oh? Entonces contamos con la bendición del Santuario de la Isla Narukami, confío plenamente en que nuestro día irá de maravilla.— Negaba de un lado a otro con su cabeza, más que buena fortuna, para ella con el simple hecho de que Kaeya estuviera presente, ya hacía de su día bastante agradable; sin necesidad de alguna buena predicción o buena fortuna.

—Lo es, se supone los cumpleaños deben celebrarse con amigos, quizá en alguna casa de té o restaurante. Debo admitir que me gustaría tener una celebración convencional alguna vez. No se siente tan personal recibir obsequios de las Miko o de la gente en Watatsumi. Es como una señal de respeto por mí cargo.— No pudo evitar dar un suspiro prolongado. En cierto modo extrañaba a Lumine, era de las pocas personas que podía considerar cómo amiga y no era vista solo como la sacerdotisa de Watatsumi. Con ella y Paimon se sentía como c
SK1581973 · F
Paz, eso le hacía experimentar Kaeya en ese momento, con sus manos entrelazadas mientras daban un paseo que se alejaba gradualmente del Santuario. Pero no solamente sentía paz, realmente con el capitán de Favonius sentía una gran variedad de emociones. Era como si frente a sus ojos nadase un colorido banco de peces, una comparación bastante romántica como una que otra novela que ha leído de la editorial Yae; pero en ese momento no podía encontrar una descripción más acertada que esa.

Se sentía ligeramente irresponsable por dejar su puesto para ir a celebrar su cumpleaños en compañía del moreno, pero por otra parte, realmente por primera vez no se arrepentía por poner como prioridad disfrutar de su cumpleaños con alguien que comenzaba a volverse importante para ella. Disfrutaba verdaderamente de su compañía y presencia desde aquellas visitas en las cuales intercambiaban estrategias.
SK1581973 · F
[Voy a responder en estos días 💙 pero quería aprovechar de decir que quizá va siendo hora de que nos hagamos a la idea de que creo que habrá veces dependiendo de nuestra inspiración que nos explayemos X'D así es que con confianza y sin miedo. Como tú dices, la vida es de los aventados, eso.(?) Ahora sí, vuelvo en estos días a dar amor por aquí too. -lanza besitos-(?) ]
Sí, era mejor desviar el tema, era lo único que se le ocurría para no alarmarla y que, por evitarle algún problema, pretendiera acabar con el paseo ahí mismo. ¿Qué haría después con su reservación en el restaurante o todos esos regaños de Jean? Lo valían, cada uno de ellos lo valía por ver la hermosa sonrisa de Kokomi.

| Ya iba a celebrar que nos mantendríamos en un estandar de respuestas similares, pero tenía bien alterada la percepción de la realidad. Perdóname por ser así. Todo divino como siempre -corazón azulito.- [???]
— Uhum, podría decirse que le deberé mi vida a Jean después de esto. Pedí algunos días de vacaciones para aprovechar mejor mi estancia aquí, pero digamos que también estoy realizando una interesante investigación sobre los recursos de los que Inazuma podría proveer a los caballeros de Favonius ahora que las fronteras se abrieron nuevamente. —Su mente, siempre ágil, intentó encontrar la excusa perfecta para enfrentarse no solo a Jean, sino también a Kokomi. Lo cierto era que la pregunta, al final del día, le había tomado totalmente por sorpresa al punto de no saber qué responderle con sinceridad.— Pero no hablemos de eso ahora, mejor cuéntame un poco más de esas novelas que lees, ¿hay alguna que me recomiendes o que te gustaría tener?
Era claro que la única compañía que deseaba disfrutar en ese momento era la de ella y nadie más; no solo por ser un día especial para Kokomi, sino por todo aquello que ella comenzaba a significar para él. Sin embargo, regresó de inmediato la mirada al frente mientras que la caminata continuaba. Poco le importaba la mirada, indiscreta y chismosa, de una que otra de las miko por la cercanía que parecía existir entre los dos.

— Es una forma bastante peculiar de celebrar los cumpleaños, pero para alguien que tiene una vida tan ajetreada como tú, supongo que tomarse un descanso de todo es de lo más normal. —Por un momento se sintió culpable, no demasiado, porque quizás ese era el momento en que Kokomi encontraría la paz que necesitaba y tendría el merecido descanso tras los arduos días de trabajo que se presentaban en la Isla. Carraspeó un poco, para librarse de la sensación incómodo, pero la pregunta sobre su jefa lo hizo volver a sentirse ligeramente culpable.
— Dos días es más que tiempo suficiente. El primer día pensarán que pueden solucionar las cosas por sí mismos y el segundo día regresaremos atacando por la retaguardia. —Mencionó, sin embargo terminó riéndose mientras que negaba un par de veces. Pensar que Watatsumi sería atacada todo el tiempo no era difícil de imaginar, era como Mondstadt que se debía cuidar día y noche de ataques por parte de la Orden del Abismo, pero parecía que la Isla contaba con más elementos que los caballeros.— Pero nada malo sucederá, el día pinta bastante bien y también consulté esos palillos de la fortuna unos días atrás cuando visité el Santuario de la Isla Narukami, auguraron que el tiempo sería perfecto y debería disfrutarlo con una maravillosa compañía.

Kaeya la miró de reojo, aunque ello significara tener que ser evidente al girar el rostro en su dirección.

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