No, no te mentiría pues en mi tiempo no hay ningún tipo de juegos así y las máquinas son algo simples en comparación y ninguna está ligada al entretenimiento. ¿Hay más máquinas? Eso despierta mi curiosidad y seguro que quiero conocer más te sigo. — Asiente ante ella mostrando una postura calmada pero invitando a conocer más de su mundo observando a su alrededor emocionada.-
Miraba atentamente a la chica, era sorprendente ver que aunque no había jugado antes, tenía una destreza bastante natural. Y como si fuera niña pequeña, se pegó al vidrio admirando que ya de una había tomado el muñeco. Estaba tan tan cerca de lograrlo pero lo soltó de repente, haciéndola exhalar el aire que contenía involuntariamente por la tensión. —¡Eso estuvo realmente cerca! ¿No me mentiste sobre no conocer éste juego o sí?— Río un poco y asintió con una amable sonrisa. —Adelante, las veces que quieras, por eso te obsequié esas moras.—
En serio, como alguien que no ha jugado antes tiene esa precisión, es sorprendente. —Divierte, si. Es solo que yo ya me estaba desesperando porque siempre se me resbalaba el peluche.— Cruzó los brazos algo indignada, pese a haber intentado estrategias sencillas, no lo había logrado. —¿Quieres seguir usando tus monedas aquí? También te puedo mostrar más juegos.— Ofreció con amabilidad, sacudiendo una bolsita con monedas.
— Observa cada detalle de la máquina al igual que con sus palabras al explicarle cómo funciona. Ante su oferta de intentarlo toma la moneda insertandola en la máquina, después maneja la grúa seleccionando un peluche y justo cree tenerlo presiona el botón para agarrarlo. Sube el gancho y justo cuando podría ganar deja caer el peluche sorprendida por lo nuevo de la máquina y su presentación.- Vaya... Casi, no esperaba eso ¿Lo intentamos de nuevo? — Toma otra moneda para iniciar el juego retomando el uso del gancho observando cómo podría tomar mejor un peluche apretando el botón agarrando de la cabeza a su premio. Después deja que el gancho lo lleve hasta su destino pero vuelve a ver de nuevo, ante esto sonríe de lado mirando de vuelta a la chica que le acompaña.- Es divertido.
Se quedó pensativa un momento y sacó de sus bolsillos una moneda. —Bueno, para empezar éste juego debes meter una mora cómo está por esa ranura.— Señala con sus dedos una pieza de metal con un hueco y procede a demostrarle. —Ya que metiste tu moneda, el juego se activa y tú tienes que manipular ésta palanca para obtener tu premio y una vez que estás segura de la posición, aprietas el botoncito que voy a presionar ahora mismo.— Y cuando termina de explicar, el gancho baja y atrapa por un breve momento el peluche, solo que éste vuelve a caer, haciéndola resoplar. —No es mucha ciencia pero el reto es atrapar el premio. ¿Quieres intentarlo?— Le regala unas cuantas moras a la chica.
