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SH1557650 · F
ー ¿Eh? ー
La Haruno era un mar de sentimientos que se inundaba con facilidad cuando se trataba de sus personas amada, era un libro abierto ante ellos aún cuando jurará qué; "Un ninja jamás debida mostrar sus sentimientos." Pero tenía debilidad por su equipo aún sin importar cuántas veces le haya desilusionado alguno de ellos. Volvió en sí cuando la tenue voz de alguien le llamó, era Hinata, seguro que sí. Ladeó su rostro por encima del hombro y vociferó apenas le escuchó.
ー ¿Hinata...? Oh, no, no es nada. Es sólo que, he visto algo que me ha dado un vuelco al corazón. ーNo necesitaba hablar para decir de quién era. Pero aún así intento retirar toda evidencia, limpiando bajo sus párpados.
ー No debes preocuparte, Hinata-san. Ah, ¿Has venido a ver a Naruto?
La Haruno era un mar de sentimientos que se inundaba con facilidad cuando se trataba de sus personas amada, era un libro abierto ante ellos aún cuando jurará qué; "Un ninja jamás debida mostrar sus sentimientos." Pero tenía debilidad por su equipo aún sin importar cuántas veces le haya desilusionado alguno de ellos. Volvió en sí cuando la tenue voz de alguien le llamó, era Hinata, seguro que sí. Ladeó su rostro por encima del hombro y vociferó apenas le escuchó.
ー ¿Hinata...? Oh, no, no es nada. Es sólo que, he visto algo que me ha dado un vuelco al corazón. ーNo necesitaba hablar para decir de quién era. Pero aún así intento retirar toda evidencia, limpiando bajo sus párpados.
ー No debes preocuparte, Hinata-san. Ah, ¿Has venido a ver a Naruto?
— ¿Os ha sucedido algo, Sakura-chan?
—Ese tono dulzón de voz se hizo presente, claro que, había sido una casualidad el encontrar a la mujer de rosada cabellera, esas lágrimas eran excesivamente notorias, tanto que despertaron ese deje cálido bien conocido por otros de parte de la Oji Perla. Apenas y se acercó a la mujer, llevó su diestra al hombro de esta, sin decir mucho, solo enunciando en voz baja—
— Ha de ser duro... ¿No?
—Ese tono dulzón de voz se hizo presente, claro que, había sido una casualidad el encontrar a la mujer de rosada cabellera, esas lágrimas eran excesivamente notorias, tanto que despertaron ese deje cálido bien conocido por otros de parte de la Oji Perla. Apenas y se acercó a la mujer, llevó su diestra al hombro de esta, sin decir mucho, solo enunciando en voz baja—
— Ha de ser duro... ¿No?
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