—¡Rarito tu! ¡CALVO! (?)— Lo señaló de la misma forma, aun que en ella se veía una mirada enojada y por poco le gruñia. Era bastante enérgica cuando la situación se lo sugería.
—Son mis bellísimas y finísimas orejas celtas. ¡Envidioso!
—¿Aquello lo iba a atemorizar o tranquilizar? Ella no parecía un Kaijin aunque tuviese eso rasgos tan extravagantes, aún así, se alejó un poco preocupado y la apunto con el dedo índice de su diestra — ¿Are? ¡ESO KO ESTABA AHI HACE UN SEGUNDO! Rarita
—Soy un 'espitiru' del cielo. (?)— Hizo salir sus orejas y cola de lobo, moviendo todo un poco por darles énfasis. Ya liberada, sobo un poco su muñeca, por la sensación de que la hubieran agarrado más que por dolor.
—Bueno, en realidad soy la reencarnación del lobo celta, pero es más o menos lo mismo.
— Soy un héroe, nunca le rompería la muñeca a una mujer... Humana —Hace el énfasis ahí porque ya había matado varios Kaijin femeninos, suelta la muñeca de la chica y se cruza de brazos refunfuñando— Pero no toques mi cabeza
—¡..!— Se sorprendió al ser interceptada, por lo general no le interrumpan sus actos. Cruzo miradas con el contrario de manera hostil, solo daría una advertencia que quizá se le olvidaría cumplir.
—Si me la rompe, lo muerdo y además, usted paga el hospital. (?)
—Una vena de molestia apareció en su mejilla para apretar los dientes y mover su siniestra para interceptar la muñeca de la jovencita antes de que tocase su preciosa calva—
